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‘Sexualidad’ Category

Publicado originalmente en JUPSIN

YO, TU, ELLA, NOSOTRAS, VOSOTRAS….ELLAS. 

MUJERES ANTE LOS DELITOS SEXUALES

No estás segura de cuando fue, eras muy pequeña, cinco o seis años, como otras veces corriste detrás de la pelota y al levantar la cabeza estaba allí, tras el seto del parque, tenía algo en la mano y gemía como si se ahogara, no sabías interpretar qué estaba haciendo, pero te quedaste paralizada, algo en ese hombre te dio miedo. Gritaste llamando a papá y en ese momento él salió huyendo.

Seis años después ni siquiera recordabas ese día. Estrenabas sujetador y adolescencia a la vez. Camino del colegio escuchaste un silbido – “te la metía hasta el fondo”-. Te giraste asustada para ver la cara de un señor, como tu padre, de su misma edad, que te miraba con ojos babosos y te hacía gestos obscenos. Volviste a sentir miedo. Tambien sentiste asco.

No había pasado ni un año cuando te dieron permiso por primera para ir a esa fiesta en la casa de una amiga, iba a ir el chico que te gustaba y lo que más os emocionaba era que no habría padres, ni adultos y por fin podríais hacer cosas “de mayores”. Habíais escondido unas botellas de ron en el armario en un descuido de sus padres, os la había comprado su hermana mayor, cómplice necesaria para esa “travesura”. 
Esa noche, bebiste por primera vez, estabas muy mareada y cuando él te llevó hacía una de las habitaciones no sabías muy bien que decirle, querías estar con él, pero sólo querías que te besara.  Cuando metió sus manos bajo tu camiseta y te resististe te dijo “si no quieres me enrollo con otra”. No sabías que hacer, tú no querías eso pero él te gustaba mucho. Te dio otra copa. Para cuando metió las manos bajo tu falda ya estabas demasiado borracha como saber que estaba ocurriendo.
Al día siguiente te sentías fatal, vacía, sucia, tú  solo querías que te besara, no deberías haber entrado en la habitación con él, por primera vez te sentiste culpable.

No volviste a salir con esos chicos. Te daba vergüenza. Es posible que ni siquiera él fuera consciente de que se había aprovechado de tu estado. Y a ti nadie te había explicado lo que era una agresión sexual, pensabas que era lo que salía en las películas…pues eso…un desconocido que te asalta en una calle oscura, te tapa la boca, te desnuda a la fuerza.

Años después, ya en la Universidad tenías cuidado para no volver sola a casa, aunque estuvieras cerca, preferías coger un taxi, andar sola por las calles oscuras te hacía sentir insegura y tampoco querías que te acompañaran amigos, ni conocidos… te habías visto en demasiadas ocasiones teniendo que apartar a “tu eventual protector” mientras se lanzaba a besarte en el portal. Demasiadas situaciones incomodas que te resultaba violento manejar.  

Pasó el tiempo. Comenzaste en tu primer trabajo, un día, tu superior te invitó a comer, no sabías muy bien que pensar, ni si era algo que hacía normalmente con los “nuevos”. Tampoco querías preguntar y arriesgarte a quedar como una pánfila ignorante. A lo mejor sólo quería hablar de trabajo…
No era lo que imaginabas. Comenzaste a sentirte incomoda desde el momento que te dijo lo guapa que le parecías. No sabías donde meterte cuando empezó a contarte que hacía años que dormía en otra habitación porque su mujer era una “estrecha”. Cuando propuso tomar una copa te escabulliste diciendo que tenías que entregar un informe, se rio y te dijo que no era necesario, después de todo el jefe era él. Ya no tenías argumentos.

A partir de ese día intentaste esquivarle, pero aprovechaba cualquier momento para tocarte el brazo, rozarte o arrinconarte entre la pared y la máquina de café. Tenías miedo a que un NO rotundo se convirtiera en carga extra de trabajo o pudiera ser un problema para la renovación del contrato. En la cena de Navidad te llamó calientapollas al oído  mientras te agarraba el brazo. Todo el mundo miraba hacia otro lado. También era su jefe… Le apartaste de un empujón y a partir de ese día comenzó el infierno. Petición de informes a última hora, cambios de turno imprevisto que te obligaban a reorganizarte,  negativas a impartición en cursos de la empresa…. Acabaste en la consulta del psiquiatra, pero sólo le dijiste que “te costaba mucho dormir y llorabas a todas horas”. Tras darte una baja que no deseabas llegó el despido. Improcedente, pero no tenías fuerzas ni ganas para pelearlo en un tribunal y mucho menos para volver a ver la cara de ese hombre que había acabado por darte un profundo asco. Además…¿Quién te iba a creer? No tenías pruebas.

Meses después, ya recuperada, comenzaste a salir con un amigo del novio de una amiga, al principio todo era perfecto, como en las películas, hasta que empezó a decirte que cuando salías con tus amigas “ibas buscando guerra vestida así” y te pedía que le enviaras fotos de donde y con quien estabais. Al día siguiente siempre estaba enfadado y te obligaba a hacer cosas en la cama que no te apetecían. Parecía como si te estuviera haciendo pagar haber salido sin él. No querías decirle que no porque  no querías que se enfadara más. Y accedías por miedo a que se fuera dando un portazo y te castigara con su silencio.

Conseguiste dejarle. “Maltrato psicológico” le decías tus amigas. Lo de la cama  no se lo contaste a nadie, después de todo tú podías haberte negado…O quizás no. Prefieres no preguntártelo a ti misma….
Una mujer a lo largo de su vida se enfrentará con toda probabilidad a algunas de estas situaciones, es posible que pasé por varias de ellas o por otras incluso peores. Son los delitos contra la libertad sexual.

En el año 2015 se denunciaron en España más de 9000, de los cuales 1227 fueron violaciones. Una mujer violada en nuestro país cada siete horas.  Pero la inmensa mayoría de los delitos contra la libertad sexual no se denuncian.

La violencia sexual puede aparecer en la vida de la mujer en cualquier ámbito, aunque es el marco de la relación de pareja donde más pasan desapercibidos, ya que muchas veces las propias víctimas consideran el hecho de que su pareja abuse sexualmente de ella sistemáticamente como algo normal porque “son necesidades de los hombres”. Por otro lado, muchos agresores no tienen conciencia de estar haciendo algo mal, ya que tenemos identificada la agresión sexual con el uso de la fuerza y en mucha menor medida con la coacción o con aprovechar la poca capacidad de defensa en casos de consumo de alcohol o drogas.

Los delitos contra la libertad sexual engloban una serie de casos como agresiones, abuso, exhibicionismo, proxenetismo, acoso sexual e imposición del uso o no de anticoncepción.

Tanto en el caso de agresión sexual como en el abuso y el acoso, el factor común es la falta de consentimiento de la víctima en la realización de la conducta sexual sea del tipo que sea, o que este consentimiento no sea real, esté mediatizado por el engaño, el chantaje, el miedo a las represalias, el miedo a una paliza, el abuso por superioridad, la ingesta de sustancias, enfermedad mental… etc.

La diferencia entre agresión y abuso está en la existencia en la primera del empleo de violencia o intimidación, con o sin acceso carnal o penetración anal, oral o de objetos. En el abuso no hay violencia o intimidación pero sí falta de consentimiento o “consentimiento viciado” y puede existir o no acceso carnal o penetración anal, oral o de objetos.

Las fiestas populares, o las celebraciones masivas son un momento especialmente peligroso desde el punto de vista de las agresiones sexuales y los abusos, como sucedió en Colonia la pasada Nochevieja.

En nuestra sociedad el consumo de alcohol sirve tanto para culpabilizar a la víctima como para exculpar al agresor, en un doble rasero difícilmente comprensible.

Es relativamente frecuente que en casos de mujeres el acoso laboral o mobbing tenga como precedente una situación de acoso sexual. Hay dos tipos de acoso sexual en el trabajo de los cuales, el segundo es el más silenciado.
       1-Acoso quid pro quo: El abuso desde una posición de poder para lograr beneficios sexuales.  La respuesta al acoso sirve de base, implícita o explícitamente, para decisiones relacionadas con el acceso de dicha persona a la formación profesional o al empleo, a la continuidad del contrato de trabajo, a la promoción profesional, al aumento de salario, etc. (González de Rivera, 2002) 
     2-Acoso sexual ambiental (hostile environment harassment):Se genera cuando se crea un clima de trabajo hostil y sexual, lo suficientemente grave e intenso como para alterar las condiciones laborales del trabajador y crear un entorno laboral abusivo. En muchas ocasiones este ambiente laboral inadecuado puede ser aceptado como una costumbre o una situación normal en nuestra cultura. Es un acoso más sutil pero cualquiera puede observar si mira lo que le ocurre a muchas camareras en bares de copas o a ingenieras en una obra.

En muchas ocasiones no hay conciencia de delito ni por parte de los autores ni por parte de las víctimas, el trasfondo cultural nos trasmite “que las cosas son así”. La ausencia de lesiones visibles, físicas, es un hándicap para entender el impacto sobre las víctimas, ya que al no haber daño psíquico la percepción social es de que “no les han hecho nada”.

Casi todos estos delitos tienen en común la dificultad probatoria, ya que muchas veces se trata de situaciones “palabra contra palabra” y en la que la mujer será sometida, en caso de interponer denuncia a la ordalía del “juicio social paralelo”. Donde será, con toda probabilidad, cuestionada su responsabilidad sobre los hechos, siendo uno de los pocos delitos, junto con la violencia de género, en que los mitos sociales presuponen culpabilidad a la víctima. 

Ya es hora de que aprendamos que no hay que enseñar a las mujeres a defenderse, hay que enseñar a los hombres a no agredir.

 
Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.
Artículo 185
El que ejecutare o hiciere ejecutar a otra persona actos de exhibición obscena ante menores de edad o personas con discapacidad necesitadas de especial protección, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses.
Artículo 181
1. El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses.
2. A los efectos del apartado anterior, se consideran abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusare, así como los que se cometan anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto.
3. La misma pena se impondrá cuando el consentimiento se obtenga prevaliéndose el responsable de una situación de superioridad manifiesta que coarte la libertad de la víctima.
4. En todos los casos anteriores, cuando el abuso sexual consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos primeras vías, el responsable será castigado con la pena de prisión de cuatro a diez años.
Artículo 1841. El que solicitare favores de naturaleza sexual, para sí o para un tercero, en el ámbito de una relación laboral, docente o de prestación de servicios, continuada o habitual, y con tal comportamiento provocare a la víctima una situación objetiva y gravemente intimidatoria, hostil o humillante, será castigado, como autor de acoso sexual, con la pena de prisión de tres a cinco meses o multa de seis a 10 meses.

2. Si el culpable de acoso sexual hubiera cometido el hecho prevaliéndose de una situación de superioridad laboral, docente o jerárquica, o con el anuncio expreso o tácito de causar a la víctima un mal relacionado con las legítimas expectativas que aquélla pueda tener en el ámbito de la indicada relación, la pena será de prisión de cinco a siete meses o multa de 10 a 14 meses.

Artículo 178
El que atentare contra la libertad sexual de otra persona, utilizando violencia o intimidación, será castigado como responsable de agresión sexual con la pena de prisión de uno a cinco años.

Denuncia. Por mi, por ti, por ella….por nosotras, por  vosotras, por ellas

Enfermeras cordobesas profundizan en la prevención de las conductas de riesgo en adolescentes

El Colegio Oficial de Enfermería de Córdoba está celebrando esta semana el curso sobre ‘Prevención de conductas de riesgo en el adolescente’, en colaboración con la Escuela Internacional de Ciencias de la Salud. El objetivo es que los profesionales inscritos complementen sus conocimientos como agentes de prevención y detractores de las conductas de riesgo de los adolescentes.

Enfermeras y enfermeros que siguen esta formación conocerán los principales riesgos que afectan a los adolescentes en su evolución, experimentando cambios en los últimos años, pasando de los embarazos no deseados a enfermedades de transmisión sexual, abusos, alcohol, violencia, adicciones, acoso escolar o peligros de internet, entre otras cuestiones. foto para ASOC Y VIDA COLEGIAL
Por todo ello, la docente del curso, la psicóloga Ana Isabel Gutiérrez Salegui, señala que “es fundamental que los profesionales aprendan sobre estos riesgos para poder intervenir desde la figura de la enfermería, tanto la enfermera asesora de padres como la enfermera en la escuela, y la enfermera en el centro de salud”.
Para llevar a cabo tales actuaciones, Salegui apunta que “la metodología es de Educación para la Salud, entendida como una estrategia estructurada de intervención que va mucho más allá de las charlas informativas y de las campañas de sensibilización”.
En este sentido, la profesora recomienda a los asistentes la web www.adolesweb.org, y dedica además un módulo del curso exclusivamente a los riesgos de internet, donde los jóvenes con trastornos alimentarios encuentran su “fuente de inspiración” o donde también pueden sufrir acosos, chantajes y abusos relacionados con su imagen  y sexualidad, tanto por parte de adultos como de otros adolescentes.
Reportaje publicado en ElMundo.es, 08.04.12

 

Moda | Cánones femeninos

BELLEZAS DE AYER, HOY ¿Y SIEMPRE?

  • El bisturí y el Photoshop contribuyen a crear un modelo que no existe
  • El peso de las ‘bellas’ ha bajado hasta cuatro puntos en tres décadas
  • Los expertos denuncian riesgos para la salud física y mental
  • Las mujeres bellas clásicas eran reales y seguían siendo guapas
  • Ahora el atractivo se asocia a una actitud sexualmente agresiva

Alejandra Rodríguez. Madrid.

Ser guapa ya no es lo que era, y para demostrarlo no hay que irse a la prehistoria, ni a las bellezas helénicas ni mirar a las gracias de Rubens. Producto de la evolución de la especie se van produciendo una serie de cambios en la morfología de los individuos derivados de las modificaciones en los hábitos de vida, en la alimentación, en la actividad física… que hacen que nuestro cuerpo vaya siendo diferente a través de los siglos.

Sin embargo, basta con echar un vistazo a las fotografías de las mujeres consideradas bellas de hace sólo unas décadas y compararlas con las imágenes de las diosas de la belleza actuales para darnos cuenta de que la transformación ha sido especialmente profunda en los últimos cincuenta años.

Naturalmente, las modas y las tendencias vienen, van, desaparecen, se transforman, vuelven otra vez… y eso en sí no es malo. En todas las épocas el ser humano ha empleado adornos en forma de ropa, complementos, maquillajes, peinados… para verse mejor y que le vean mejor.

CUÁNDO EMPEZAR A PREOCUPARSE

Según los especialistas, este asunto empieza a adquirir tintes menos frívolos cuando la consecución de los ideales de belleza que rigen en cada momento se convierten en una esclavitud y no se vive nada más que por y para ellos.

Este fenómeno cada vez es más notable porque nuestra cultura sobrevalora la belleza externa y la juventud por encima de otras cualidades más perdurables. Por si esto fuera poco, los patrones de belleza vigentes (por no hablar de a lo que tendemos) cada vez son más difíciles de alcanzar, ya que por obra y gracia del bisturí, del photoshop o de ambas cosas a la vez se nos presenta como ideal un tipo de mujer que no existe.

Lo nocivo de todo esto no es la frustración (que ya es bastante grave) que se puede generar en un colectivo de mujeres adultas que ven que no pueden sacar adelante todas las obligaciones cotidianas encaramadas a unos tacones de vértigo, con un escote hasta el ombligo, una talla 36 de minifalda, una 110 de sujetador, unos pechos que desafían la ley de la gravedad, ni un solo gramo de celulitis y unos abdominales de luchador a pesar de haber tenido dos partos.

Normalmente, las mujeres equilibradas acaban superando este ‘síndrome de Superwoman’, aunque no faltan los casos esperpénticos de señoras que quieren aparentar ser unas veinteañeras cuando ya hace tiempo que soplaron más de 60 velas en sus tartas de cumpleaños.

“Es sorprendente la cantidad de casos de anorexia que estamos viendo en la menopausia. Hay señoras que quieren contrarrestar la acumulación de grasa que se da en esta época de ‘transición hormonal’ y acaban sufriendo un Trastorno de la Conducta Alimentaria; eso por no hablar de las aberraciones que se hacen en los quirófanos”, explica Ana Isabel Gutiérrez Salegui, psicóloga experta en este tipo de problemas.

Además, “no atienden a razones; si les dices que lo que pretenden hacerse no va con su cara o les propones algo menos ‘agresivo’ se dan la media vuelta y buscan a alguien que tenga menos escrúpulos”, relata un cirujano plástico que prefiere no dar su nombre porque atiende a bastantes pacientes a los que tiene que arreglar desaguisados de otros colegas.

Con todo, lo verdaderamente triste es que miles de niñas están recibiendo un mensaje equivocado que las convertirá en esclavas apenas comience a despuntar su pubertad, porque la trasformación no es sólo estética. Concierne también a la actitud.

LOS CAMBIOS ESTÉTICOS

Las mujeres que hace treinta, cuarenta o cincuenta años eran consideradas ideales de belleza se dedicaban casi siempre al cine. Eran fundamentalmente actrices, aunque podían hacer alguna incursión en el mundo de la publicidad. Lógicamente se cuidaban al máximo (tratamientos estéticos, manicuras, depilación, maquillaje, vestuario…) porque trabajaban con su imagen, pero eran mujeres de verdad.

Es cierto que las fajas apretaban excesivamente su cintura para hacerla parecer de avispa, pero existía proporción entre el pecho y las caderas. El volumen del escote podía incrementarse gracias a la lencería, pero se veían canalillos naturales, muslos proporcionados con el resto de la pierna, caderas, piel de naranja, algún michelín… y seguían siendo guapas.

Casi todos eran, en definitiva, artificios y adornos ‘de quita y pon’ y mejoras que se lograban con maquillaje, efectos de luces y sombras, vestuario… y otros ‘trucos’ de fotógrafo profesional. De hecho, la mayoría de las estrellas del momento eran retratadas regularmente en poses cotidianas sin tanta lentejuela y seguían siendo fácilmente reconocibles.

Por otro lado, no había un sólo arquetipo. Es decir, una gran diversidad de mujeres podían considerarse atractivas aunque su aspecto físico fuera muy diferente. Marylin Monroe no tiene nada que ver con Audrey Hepburn y ambas eran iconos de belleza con un estilo propio y diverso.

Ahora, las que se salen del canon raquítico y lucen curvas sin complejos (Jennifer Lopez, Sofía Vergara, Salma Hayek, Christina Hendicks…) tienen que pasarse la vida justificando el volumen de sus traseros, hablando de las dietas que hacen para estar espectaculares, de las fajas que se ponen o de que la vida es genial a pesar de ser ‘rellenitas’, cuando en realidad son mujeres perfectamente normales en cuanto al peso.

Habitualmente, los rasgos de la cara eran armónicos e iban en consonancia con el resto del cuerpo. Por ejemplo, una mujer de labios carnosos normalmente tenía el resto de rasgos grandes (Sofía Loren) y las de siluetas más afiladas lucían menos pecho (Katharine Hepburn).

“Ahora las chicas tienden a buscar lo mismo aunque no les favorezca y además, desean rasgos que a veces son impropios de las mujeres; como por ejemplo un cuerpo muy musculado y con abdominales muy marcados”, afirma Esteban de Pablos, psicólogo infanto-juvenil con consulta en Madrid, refiriéndose al hecho de que “en su época”, como dice él, que tiene alrededor de 50 años, las mujeres podían ser más delgadas o más rellenitas, pero ninguna era fibrosa, estaban más ‘mullidas’.

“No termina de entrarnos en la cabeza que una mujer acumula grasa en el vientre y las caderas por una cuestión hormonal que es la que determina la fertilidad y la capacidad para concebir y gestar un hijo; eliminar esa grasa a base de cirugía y gimnasio es extenuante y de forma muy frecuente acaba en un trastorno obsesivo con respecto a la comida, al ejercicio, a los retoques… poco recomendables”, aclara el especialista.

CAMBIO DE ACTITUD

“Paradójicamente, al tiempo que se ha ido produciendo eso que llaman liberación de la mujer, ésta ha ido convirtiéndose en una esclava mayor de su físico, que transforma incluso aunque para ello tenga que poner en riesgo su salud”, explica Ana Gutiérrez Salegui, especializada también en atención al adolescente.

Salegui es una de las profesionales que lleva años avisando acerca de la sexualización precoz de la infancia, un fenómeno estrechamente ligado a los cánones de belleza actuales y a la actitud frente al sexo contrario.

“Hace alrededor de seis años comenzamos a observar que las niñas que padecían anorexia venían a la consulta diciendo que querían pasar por quirófano para tener unos pechos grandes; querían ser esqueletos con grandes tetas, en pocas palabras”, apunta la experta.

Éste es sólo un ejemplo de la irrealidad a la que se aspira porque aunque de manera natural puede darse algún caso raro de chica delgadísima con pechos grandes, lo habitual es lo contrario, precisamente porque la mama está compuesta de grasa en un 80%.

“Luego observas que hay chicas que no conciben que les salga una arruguita en la tripa al sentarse, que entienden que una piel perfecta carece de poros y que los bikinis no se ciñen al cuerpo, sino que se posan sobre él”, relata De Pablos, algo en lo que coincide Salegui.

Y todo eso es culpa de los medios de comunicación y del uso abusivo que hacen del Photoshop, programa que ha cometido no pocas tropelías.

De todo esto lo que más nos tiene que preocupar es que estamos transmitiendo a nuestros hijos (y sobre todo a nuestras hijas) la idea de que una mujer puede dedicarse a lo que sea, pero no será nunca suficientemente válida si no es ‘sexy’ y no adopta una actitud provocativa, que es la que se fomenta en la mayoría de los posados fotográficos, vídeos musicales, letras de canciones… de las figuras femeninas que triunfan hoy en día.

Es paradójico que chicas que son buenas actrices, cantantes o bailarinas, que destacan en el mundo de los negocios y que son suficientemente inteligentes para desarrollar una carrera profesional exitosa, implicarse en causas solidarias, alcanzar logros fabulosos… al final tengan que medirse en fotografías sensuales en actitud ‘masculinizada’ (vestidas de policía, de militar, empuñando armas…), pero con un escote inflado y apenas cubierto, como ‘prueba de fuego’ para brillar de verdad.

Este clima en el que están creciendo los niños y niñas eleva muchísimo el riesgo de padecer trastornos de la conducta alimentaria, causa alteraciones de la percepción de su propio cuerpo y deja la autoestima por los suelos porque todo les lleva a adoptar una actitud sexualmente agresiva que en realidad no se corresponde con la madurez intelectual que tienen.

“Emocionalmente es un desastre porque confunden liberación con promiscuidad y descuidan la parte afectiva. No maduran sexualmente de forma adecuada porque hasta para desvincular la parte sentimental de la sexual hay que tener la cabeza bien amueblada”, resume Salegui.

QUÉ HACER

La solución a este conflicto creciente pasa, como casi siempre por la educación y la labor que los padres hacen con sus pequeños. De esta manera, hay que interesarse por sus inquietudes y procurar no poner demasiado énfasis en aspectos puramente físicos (decirle constantemente que de tal o cual manera va a estar más guapa o que los chicos no la van a querer si no está radiante).

Hay que centrarse más en aspectos de la personalidad y fomentar sus progresos en facetas intelectuales, solidarias, artísticas… y fomentar el talento por encima del aspecto externo.

Afortunadamente, ya hay loables iniciativas que procuran mostrar las virtudes y el atractivo de mujeres reales, sin retoques y sin misiones estéticas imposibles.

Es recomendable estar pendiente de hablar de estos temas y recordar que la mayoría de lo que vemos en la televisión y en los anuncios de las revistas no es real; de hecho, son muchas las voces que reclaman que se avise de los retoques fotográficos para no confundir a los más jóvenes. Finalmente, haga examen de conciencia y repase sus propias actitudes con respecto a estos temas. A todos nos gusta estar bien y que nos vean estupendos, pero no podemos hacer que nuestra vida gire en torno a eso únicamente.

“Los niños hacen lo que hacemos, no lo que decimos”, resume Salegui. Y es que ¿cómo decirle a una niña que no debe obsesionarse por ser delgada, ‘sexy’ y guapa cuando su propia madre se pasa la vida a dieta, observando cada pliegue de su cuerpo delante del espejo y no se permite salir a la calle con la cara lavada y una coleta?

La psicóloga Ana Isabel Gutiérrez Salegui ha elaborado para la Escuela de Ciencias de la Salud de la Organización Colegial de Enfermería, adscrita a la Universidad Complutense de Madrid, el manual Prevención de conductas de riesgo en adolescentes, que se utilizará en acciones formativas en la materia.
El texto aborda las generalidades y bases de la adolescencia, el concepto de adolescencia tanto física como social, y los riesgos específicos de esta etapa (en materia de sexualidad, adicciones, trastornos alimentarios, etc.), explicando cómo afrontarlos desde la punto de vista de la educación para la salud.
Publicado en la revista 21, enero 2011.
EL SEXO Y EL AMOR NO ENTIENDEN DE DISCAPACIDAD

Si a la palabra sexo le unimos la palabra discapacidad el resultado en su tabú al cuadrado. Las personas con discapacidad física o intelectual han tenido que superar muchas barreras para disfrutar de sus derechos sexuales. Aún hoy, se enfrentan a tabúes y prejuicios que limitan sus relaciones afectivas. 

Por Silvia Melero Abascal

“Pensamos que la discapacidad no tiene sexualidad y no la aceptamos, pero en realidad es connatural al ser humano”. Ana Isabel Gutiérrez, psicóloga y directora de proyectos de Rara Avis, asegura que los tabúes discapacitan más que el propio grado de discapacidad. Hace unos años, por ejemplo, era frecuente que una persona en silla de ruedas recibiera el siguiente consejo médico: “Olvídese de las relaciones sexuales”. Lo cuenta Alberto de Pinto. “Prejuzgamos sin saber sobre las capacidades de cada persona. Al ver a alguien con paraplejia se asocia a impotencia y ausencia de relaciones. Hemos tenido que superar muchas barreras y mitos”. Médico y usuario de silla de ruedas, fue pionero en poner en marcha hace casi tres décadas la Unidad de Sexualidad y Reproducción Asistida en el Hospital de Parapléjicos de Toledo. “Había una demanda. Mucha gente joven con lesión medular no encontraba respuestas a sus preguntas. Detectamos que algunos mantenían sus capacidades sexuales plenas y otros no. Nos preguntamos por qué y empezamos a investigar”. El fruto: los tratamientos para las disfunciones sexuales que han permitido una salud sexual a estos pacientes similar al resto de la población. Alberto puede afirmar que “hoy ya no es extraño que una persona parapléjica tenga vida sexual e hijos con su pareja”.


UNA PUERTA ABIERTA

Teniendo en cuenta las dificultades de desplazamiento de este colectivo, nació el programa de educación sexual Discasex, financiado por la Consejería valenciana de Bienestar Social. A través de un portal en Internet, los usuarios comparten experiencias en un foro y preguntan sus dudas a expertos. “Muchas consultas se refieren al rol de hombres y mujeres, lo que se espera de cada uno y su respuesta sexual. Al déficit de autoestima se suma la necesidad física, hay dudas sobre la ejecutoria sexual”, explica Juan José Borrás, director de Discasex. Muchas veces las parejas no se atreven a plantear sus preocupaciones y esta web les ofrece una puerta abierta. “En los hombres los problemas de erección son los más frecuentes, mientras que en las mujeres es más fuerte el impacto de la autoestima física, tienen más dificultades para encontrar pareja”. En otros casos, la ausencia de referencias hace necesario aclarar las falsas expectativas. “Hay personas con dolencias de espina bífida que nunca han conocido la sexualidad. La vía de socializarse y aproximarse no es la misma que si tienes la percepción sensorial”, puntualiza Juan José. 

Si en el terreno de la discapacidad física hoy en día el sexo está normalizado y es un tema casi resuelto, al hablar de discapacidad intelectual el panorama es más complejo, alimentado por las ideas erróneas, como que son más promiscuos o no controlan sus impulsos sexuales. Según Asunción Domingo (asociación Inclusive), excepto algún síndrome muy concreto, la mayoría tiene necesidad de relaciones afectivas y sexuales como todo el mundo, dependiendo del tipo de persona, la edad o sus circunstancias. El problema es que cuando aparecen las primeras manifestaciones sexuales en la adolescencia se reprimen y no se enseñan los hábitos adecuados. “Si se educa en valores, en la responsabilidad y el respecto, sabrán identificar situaciones y adaptar sus comportamientos al ámbito privado y al público. Cuando sus expresiones sexuales no son adecuadas no es por la discapacidad, es porque nadie se lo ha explicado”.

SILENCIO Y AUSENCIA DE INFORMACIÓN

La principal dificultad es el acceso a la orientación sexual. No todas las familias ni todas las organizaciones que trabajan con la discapacidad apuestan por la educación sexual. No todos los padres se arriesgan a que sus hijos tengan relaciones afectivo sexuales porque les faltan conocimientos y apoyo. Sandra (32 años) tiene novio desde hace un año. Le conoció en un centro especial de empleo. “Tengo síndrome de Down, pero tenga pareja como cualquier otra chica”. Reconoce que con sus padres no habla de ciertos temas y que sólo se atreve a preguntarle sus dudas a la educadora de una asociación en la que recibe información. 

PREJUICIOS

Un interesante trabajo del Instituto Universitario de Integración en la Comunidad (Universidad de Salamanca) explica que los prejuicios sobre este colectivo (como la infantilización o la deshumanización) han justificado durante años su aislamiento y la falta de educación sexual, exponiéndoles a situaciones de vulnerabilidad. El silencio y la ausencia de información adecuada tienen graves consecuencias. Entre ellas, la transmisión de enfermedades, los embarazos no deseados y, especialmente, los abusos sexuales. “La ignorancia les hace víctimas fáciles. A veces no hay violencia en el abuso, pero no pueden entender qué está pasando (en muchas ocasiones se disfraza de juego). Los agresores suelen estar cerca, son familiares o cuidadores en centros residenciales”, señala Ana Isabel. Algunos estudios señalan que el 90 % de las personas con discapacidad ha sufrido abusos sexuales, aunque sólo se ha denunciado el 3 % de ellos. Segú la psicóloga, las dificultades de las víctimas para contarlo y la tendencia de su entorno a no visibilizarlo impiden que se denuncie. “Es necesario hablar con sinceridad de estos temas, enseñarles a distinguir, a nombrar las cosas por su nombre, a decir ‘no’, en vez de fomentar una naturaleza pasiva en la que tienen que aceptar todo lo que venga de un adulto”. 

Hay una tendencia a que terceras personas hablen y piensen por ellos y es indispensable escuchar su voz, como dice Asunción Domingo. “Una de las inquietudes que más manifiestan es la de tener un espacio propio, personal, íntimo, y disfrutar de oportunidades para conocer a personas y tener relaciones. El miedo a las familias, los profesionales y las organizaciones les bloquea. Para tener relaciones afectivas sexuales completas necesitan apoyos, cómplices que les ayuden”. Es complicado si no tienen fácil el acceso a una vivienda, a la vida autónoma e independiente y a la libertad de elección. “Incluso en las propias instituciones (residencias o pisos tutelados) no hay habitaciones para parejas”. La idea de que no deben tener pareja se mantiene. 

Una de las cuestiones en la que más influye el criterio moral es el servicio de asistentes sexuales especializadas en discapacidad. En algunos países europeos existen organizaciones que ofrecen este servicio entendiendo la sexualidad como una dimensión humana que no sólo engloba la genitalidad o el coito, sino aspectos como la comunicación, la sensibilidad o las emociones, pues las necesidades afectivas son plurales. Asunción considera que es una opción muy válida. “En España hay alguna experiencia. Pienso que las personas con discapacidad tienen los mismos derechos que el resto, deberían poder elegir. Hay un exceso de sobreprotección y paternalismo, pero tener una ciudadanía plena implica correr riesgos para ejercer los derechos. Hay que asumirlo”. Para Juan José Borrás se trata de una decisión personal y familiar. “Recordemos que en muchos casos son los familiares quienes tienen que llevarlos o ayudarles y cada uno tiene sus limitaciones morales”. 

En lo que coinciden todos los especialistas es en la necesidad de trasladar la información y los conocimientos sobre sexualidad también a las familias. “Para prevenir problemas y proteger a sus hijos lo mejor es que los padres se formen y que puedan manejarse con ciertas pautas”, propone Ana Isabel. En la medida en que se vayan normalizando sus derechos sexuales, la independencia y la calidad de vida, se dejará de ver “raro” -como plantea Asunción- que, por ejemplo, acudan a centros de planificación familiar porque “el nivel intelectual o físico no determina la capacidad para amar”.

Publicado en Leganés Noticias, 08.06.10.
Las I Jornadas de Sexualidad y Discapacidad en Leganés, que tendrán lugar los días 10 y 11 de junio, están dirigidas a profesionales y personas que trabajan en el ámbito de la discapacidad o de la educación sexual.I Jornadas de sexualidad y discapacidad. Dirigidas a profesionales y personas interesadas que trabajan en el ámbito de la discapacidad o de la educación sexual.
Jueves 10

9:30-10:00h. Inauguración y presentación de las jornadas: ‘El plural de las sexualidades’ a cargo del Alcalde, Rafael Gómez Montoya, y Dª Emilia Quirós Rayego, Concejala-Delegada de Asuntos Sociales, Área de Discapacidad del Ayuntamiento de Leganés, y Pilar Azcárate Aguilar-Amat, Vicerrectora de Igualdad y Cooperación de la Universidad Carlos III.

10:00-11:30h. Mesa redonda: ‘Abriendo la puerta’. ‘Discapacidad y relaciones afectivas’. Asunción Domingo del Álamo. Directora Asociación INCLUSIVE. ‘El terreno de juego de las sexualidades’. Silberio Saez. Director del IUNIVES (Instituto Universitario de Sexología) de la UCJC. 12:00-14:30h. Mesa redonda: ‘Hablan los protagonistas’. Proyección del cortometraje ‘Realidades ajenas’. Presenta la directora del cortometraje Rosa Blas Traisac. Participan los protagonistas del cortometraje.

Viernes 11

9:00-11:00h. Mesa redonda: ‘Atendiendo lo urgente, propuestas’. ‘Salud reproductiva’. Antonio Sánchez. Director Área de Salud Sexual del Hospital de Parapléjicos de Toledo. ‘El fantasma y la realidad del abuso en personas con discapacidad’. Ana Isabel Gutierrez. Directora de proyectos de Rara Avis.

11:30- 13:30h. Mesa redonda: ‘Atendiendo lo importante, experiencias’. Experiencia: ‘Educación sexual en personas con discapacidad intelectual’, por Loli Moreno, trabajadora social grupo Amás. Experiencia: ‘Educación sexual con personas sordas’ por Mª Victoria Ramírez. Profesora del Master en Sexología de la UCJC.

13:30h. Clausura de las jornadas a cargo de la concejala de Salud y Consumo. Ayuntamiento de Leganés, Mª José Banegas y la concejala de Asuntos Sociales, Emilia Quirós.

10 y 11 de junio. Universidad Carlos III. Campus de Leganés. Edificio Torres Quevedo, planta baja. Sala 40. D01-03.

Ana Gutiérrez Salegui participó el pasado 5 de mayo en en una nueva edición de la tertulia semanal de Radio Motor Online, en esta ocasión sobre Sexo seguro en el coche.

La introducción del programa afirma que “quien más y quien menos ha recurrido al coche para dar rienda suelta a sus pasiones amorosas con su pareja. Pero los asaltos y las agresiones pueden aguarnos la fiesta y hacer que nos llevemos un gran disgusto. Dedicamos nuestro programa a remarcar ciertas precauciones que debemos tener en cuenta para que la intimidad se mantenga y, en caso de haber problemas, poder salir airosos cuanto antes. Colabora con nosotros la nuestra prestigiosa psicóloga Ana Gutiérrez Salegui quien, además, aconseja sobre la necesidad de denunciar si hemos sufrido una agresión o robo; y contamos con la información proporcionada por Durex, para saber cual es la mejor manera de llevar los preservativos, si vamos a usarlos en el coche.”

El audio del programa está disponible aquí.

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