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Abogados del Turno de Oficio, maltratados por los poderes públicos

La situación se radicaliza en determinados lugares. En Castellón, un joven letrado afronta una huelga de hambre al tener pendiente de pago casi 8.000 euros.
 

Lograr las mismas remuneraciones en cualquier lugar de España y tener proceso más ágil de pago, son las reivindicaciones de los más de 42.000 abogados del Turno de Oficio, profesionales que cuidan los derechos de los más desfavorecidos en unas condiciones lamentables que reclaman al Gobierno que salga de las urnas. En estos días este colectivo vuelve a ser noticia por la decisión tomada de un joven abogado de Castellón, adscrito al Turno de Oficio, de emprender una huelga de hambre hasta que se le sea abonada la cantidad que se le debe, sobre los 8000 euros. Javier Díaz-Flores, (en la foto) adscrito a los Turnos de Castellón y Valencia solo ha recibido buenas palabras de los decanos de estos colegios y escasa comprensión de la Generalitat Valenciana que afirma estar en bancarrota.  Mientras tanto sus compañeros de ALTODO y APROED se han solidarizado con la iniciativa de este joven letrado, que hace un año superó un cáncer, ante la preocupación de su madre y novia. La espera se hace eterna y todo el mundo espera la aportación del Ministerio de Hacienda al FLA, Fondo de Liquidez Autonómico a mediados de mes para que el Turno de Oficio en Levante quede regularizado. Mientras tantos muchos abogados como Javier se autofinancian para llegar a fin de mes, sin dejar de atender sus compromisos profesionales hacia los ciudadanos más desfavorecidos.
Hablamos con Javier Díaz-Flores; su gesta ya está publicada en un periódico de Levante  y gracias a compañeros de Madrid hemos podido localizarle. Mañana miércoles será su décimo día en huelga de hambre. Castellón y Valencia son las ciudades donde realiza el Turno de Oficio desde hace dos años. “Llevamos seis meses sin cobrar y la situación es crónica. Me enfadé mucho cuando recibí circular del ICAV valenciano anunciándonos una regulación de los pagos, cuestión que no se ha logrado. No podemos cobrar a dos euros neto la hora”, afirma. A su juicio, el cambio político en la Comunidad Valenciana, con la coalición PSOE-Compromis, no ha solucionado el problema que ellos denunciaban en la oposición. “No hago esto por dinero, sino por dignificar nuestra actividad. El mensaje que se manda desde los poderes públicos es marginal, similar al que se ha dado con la Ley de Dependencia. Nosotros defendemos a los más desfavorecidos pero parece que no importa”, indica.
A juicio de este joven jurista, que sigue trabajando pese al ayuno que realiza, con este tipo de situaciones que sufren los abogados del Turno de Oficio, está en peligro el Estado de Derecho y nuestra democracia. “Ahora en campaña electoral se habla de recortes en sanidad y educación pero de Justicia no se habla nada. En uno de los mítines últimos fui a saludar a la Consellera Gabriela Bravo con quien puede conversar sobre este tema. Me afirmo que hay que esperar al FLA, Fondo de Liquidez Autonómico para que podamos cobrar; todo está tramitado pero no hay dinero para pagarnos, nos comentó. Me pareció una persona cercana y amable pero incapaz de dar una solución”. Respecto al resto de partidos políticos, nuestro interlocutor nos revela que ninguno le ha llamado o preocupado por su situación. “Creo que harán el pago antes de las elecciones para intentar ganar más votos”, señala y notamos que su ánimo se encrespa. A su juicio, ese dinero recaudado por las tasas judiciales, tal y como dice la propia ley en su artículo once, debería revertir en la mejora de la Justicia Gratuita.
Cuando contactamos con la Generalitat Valenciana un portavoz de la misma nos corrobora las palabras del propio Javier. La falta de liquidez es alarmante y se espera que el FLA reordena la situación financiera de esta CCAA. Reconocen que ese dinero de Hacienda debería haber llegado el 1 de noviembre y ahora se espera para mediados de este mes.  Y es que a todos los proveedores a los que la Generalitat les debe más de un millón de euros no está cobrando ninguno. “Las arcas están vacías, no hay un euro”, comentan. Las prioridades pagos las marca la ley: la propia Generalitat está pagando los intereses de una deuda que sobrepasa los 40.000 millones de euros y el resto va para farmacias.  La llegada del FLA, es por ello, necesaria para que los proveedores y abogados del Turno de Oficio cobren lo que se les adeuda.  Ya la propia Consellera Bravo cuando vino a Madrid a firmar un convenio con el Ministerio de Justicia anticipada esta situación de bancarrota. También se espera que con los nuevos Presupuestos desde el 1 de enero se reconduzca la situación. Sobre Lexnet y la justicia digital, son conscientes en Valencia que no llegarán a esa fecha a tener las comunicaciones electrónicas desarrolladas al cien por cien.
Turno de oficio, perseguido por Competencia
Comisión de Justicia Gratuita del CGAE, Javier LaraDesde la Comisión de Justicia Gratuita del CGAE, su presidente Javier Lara ha entrado en contacto telefónico con el propio Javier Díaz-Flores para darle ánimo y ponerse a su disposición. “La situación del Turno de Oficio es preocupante, tanto por los pagos escasos y que se demoran como por el afán de Competencia de perseguir el trabajo que hacemos los Colegios de Abogados en esta práctica. “Al mismo tiempo nos señala que cada vez más las diferentes administraciones ponen más trabas burocráticas para pagar y así dilatar los pagos. En Andalucía se ha implantado un programa informático que pide unos datos que es imposible que facilitemos nosotros, si no los das, no te pagan”, comenta. Para este letrado, vinculado, pese a ser decano de Málaga al Turno de Oficio, es la primera vez que conoce de una iniciativa como la de Javier en cuanto a poner en marcha una huelga de hambre. “Se han producido muchas manifestaciones y encierros pero actitudes de este tipo, creo recordar que es la primera que se ha puesto en marcha de esta manera”.
Sobre la persecución que Competencia hace a los Colegios de Abogados por la propia Justicia Gratuita, Lara señala que “no han entendido que esta práctica es un claro ejemplo de servicio público de ayuda al ciudadano más desfavorecido. No puede ser que un abogado de Málaga esté dado de alta en el Turno de Oficio de Gijón y si lo impides te sancionan con multas indecentes, como la que nuestro Colegio de Málaga ha recurrido de 99.000 euros”, aclara.  Al mismo tiempo la propia Competencia cuestiona los criterios orientativos que los Colegios establecen para tasaciones de costas y  juras de cuenta de forma irracional. “No nos dejan aplicar estos criterios y si no son correctos pueden llegar a sancionar también al propio abogado con la imposición de costas por haber hecho mal la citada tasación”, apunta.  Al nuevo Gobierno que salga de las urnas el próximo 20D le pide que considere a la Justicia Gratuita como algo clave para el Estado de Derecho. “No se puede ampliar el número de beneficiarios si no hay cobertura presupuestaria adecuada para que los abogados del Turno cobren”, afirma.
El corto plazo del Turno de Oficio pasa por actualizar los baremos en cuantía y conceptos y garantizar ese pago, que, hoy por hoy en muchas CCAA es una entelequia. “ en muchas situaciones cuando se le deniega al ciudadano la Justicia Gratuita, nos vemos y deseamos los abogados para cobrar ese servicio.  Hemos intentado que esa garantía de cobro estuviera en la reforma de la Ley de Justicia Gratuita, al final paralizada por el Ministro Catalá, creemos que con buen criterio porque había elementos polémicos que no nos convencían a la abogacía”; subraya. Para este jurista, abogado del Turno ejerciente, es inexplicable que un divorcio se pague de diferente manera en función de la CCAA donde uno esté.  “Lo lógico es que hubiera un baremo único uniformado en Justicia Gratuita en cualquier parte del país. Ahí, sin embargo, volveríamos a toparnos con Competencia aunque hablamos de un servicio público”. Lara es partidario de penalizar a la administración que no fuera diligente en los pagos.
Ayuno, una práctica con muchos riesgos
Javier reconoce que ahora el día se le hace aún más largo. “Tengo otras cinco horas adicionales que corresponden a las comidas, que ahora no utilizo. Procuro descansar en esos momentos porque empiezo a notar el cansancio” Con el ayuno que realiza y su presencia en redes sociales está haciendo visible un problema que ya conocen otros compañeros que trabajan en el Turno de Oficio.  “Toda mi familia me intento disuadir para que no tomara esta decisión pero al final tomé la decisión y aquí estoy. He tenido las llamadas del presidente de la Confederación Nacional del Turno de Oficio; de Javier Lara, presidente de la Comisión de Justicia Gratuita del CGAE y muchos compañeros que no conozco pero que han querido solidarizarse con mi situación”, indica. Confiesa que está dispuesto a llegar hasta el final aunque la semana que viene irá a ver a su endocrino que le hará un chequeo “padecí cáncer de tiroides que superé por lo que los controles que llevo son estrictos”, afirma. Un combinado de agua, limón, sirope de arce y canela, a modo de suero le dan las energías para seguir su trabajo en el Turno.
Es Ana Isabel Salegui, psicóloga clínica y forense y Master en transtornos alimentarios. Conoce muy bien estos casos y ha contactado con Javier para darle algún consejo. “Cuanto más se mantenga la situación de inanición, mayor número de síntomas irán apareciendo y se irán agravando los existentes. Sequedad de la piel, problemas visuales por déficit de vitamina A, fragilidad de los anejos cutáneos…y un interminable etcétera, ya que hasta la última célula del cuerpo tiene necesidad de alimentarse.” Para esta experta “cuando el cuerpo, ya con un nivel extremo de adelgazamiento o emaciación, ha agotado las proteínas musculares disponibles en los “grandes músculos”, brazos, torso, piernas… se verá obligado a recurrir a otros músculos, los que se encuentran en vísceras como el corazón, es la “depleción proteica visceral”. Es en este momento cuando puede aparecer una lesión cardiaca”. También es consciente que el cerebro puede verse afectado en este tipo de situaciones límites. Sobre el proceso de recuperación advierte que debe hacerse con cuidado: “ya que hay que volver a poner en marcha un organismo cuyas funciones se han ralentizado y no hay que olvidar la premisa clínica de que “lo que no se usa se atrofia”. Se debe hacer lenta y progresivamente para evitar el Síndrome de Realimentación, no exentos de riesgos graves. Asimismo se debe ir introduciendo de forma paulatina el ejercicio con el fin de recuperar la masa muscular perdida.”

El artículo original en LawyerPress

 

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 Entrevista para webconsultas

Ana Isabel Gutiérrez Salegui, autora de ‘Consume y calla’

Ana Isabel Gutiérrez Salegui 

06 de Noviembre de 2014
La psicóloga Ana Isabel Gutiérrez, experta en trastornos alimentarios, nos explica en ‘Consume y calla’ cómo podemos combatir la manipulación publicitaria y llenar nuestro carro de la compra de sentido común.

“Hemos convertido la comida normal en un pecado y nos pasamos la vida cumpliendo penitencias”

Consume y Calla (Editorial Akal) es el primer libro de Ana Isabel Gutiérrez Salegui, licenciada en Psicología en las especialidades Clínica y Social y del Trabajo por la Universidad de Salamanca, y técnico especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria por la Clínica Didos. Con este minucioso trabajo de análisis del mundo de la publicidad sobre alimentación y cosmética intenta desvelar y explicar, con cierto sentido del humor, los trucos a los que recurren las marcas comerciales para alcanzar sus objetivos. En su opinión, la información es esencial para combatir la manipulación, pero también hace un llamamiento a los consumidores para que apliquen su espíritu crítico, y dejen a un lado los complejos y las falsas creencias, para vivir más sanos y felices consigo mismos.

¿Cómo surge la idea de escribir un libro contando algunas verdades sobre alimentación y cosmética?

Efectivamente, tú lo has dicho, ‘algunas’; si quisiera contar todas, este libro se habría convertido en una enciclopedia. Llevo 20 años trabajando con personas afectadas por distintos trastornos alimentarios, también imparto clases de postgrado a Enfermería, y cuando descubres que tanto tus pacientes como muchos profesionales no sólo están desinformados, sino que están perjudicando su salud y su economía siguiendo mantras falsos inculcados por la publicidad, decides que no puedes combatir los mitos erróneos uno por uno y te pones a escribir. Y puestos a intentar enseñar es mejor hacerlo con el mayor sentido del humor posible; el libro es una sucesión de pequeñas collejas para que la gente reaccione.

¿Qué pretendías con la publicación de ‘Consume y Calla’?


La única pretensión era inducir a abrir los ojos, para que la mayoría de los consumidores se diera cuenta de hasta qué punto les “están tomando el pelo”. “Eres gordo, tienes que prevenir, compra mi producto”, nos pasamos la vida escuchando mentiras tóxicas y esto, que puede parecer una tontería, a nivel de salud no lo es, ya que muchas personas piensan que por tomar determinados alimentos funcionales o suplementos ya tienen cubiertas sus necesidades nutricionales y descuidan aquellos hábitos que sí les ayudarían a prevenir. Sin contar con que hay productos que son auténticas bombas contra la salud, como los que predican 0% de grasa y esconden cantidades ingentes de azúcares, o viceversa.
Es fundamental que la gente recupere el espíritu crítico y reflexione sobre por qué, si todos esos productos son tan saludables, tenemos unos índices que rondan el 40% de sobrepeso y obesidad, tanto infantil como adulta, y las enfermedades crónicas que afectan a la mayoría de la población, como diabetes, hipertensión o colesterol alto, están relacionadas fundamentalmente con nuestros hábitos alimenticios. A lo que hay que añadir lo enfermizo que es que la gente no se pueda comer un pincho de tortilla sin sentir culpabilidad. Estamos obsesionados, hemos convertido la comida normal en un pecado, y nos pasamos la vida cumpliendo penitencias. ¿No es un tanto demencial?

La sociedad parece estar un poco ciega, no es que no pueda ver, es que no quiere. ¿Crees que has conseguido el objetivo que te habías planteado con este libro?

“La inmensa mayoría de los productos que realizan alegaciones de salud no han demostrado su eficacia y, por lo tanto, no han sido aprobados por la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria)”

Mucha gente que ha leído el libro me dice después “ya no me creo los anuncios” o “he aprendido a entender las etiquetas nutricionales”. La verdad es que teniendo en cuenta que es el primer libro que escribo me ha sorprendido gratamente el revuelo que ha causado, que revistas como National Geographic escriban un reportaje sobre él, o que haya salido en más de cien medios entre televisión, radio y prensa, y no sólo en nuestro país, me dice que hay un gran colectivo de gente a la que le interesa el tema y quiere aprender, formarse e informarse. La acogida ha sido muy buena, y ver como las personas que lo han leído lo recomiendan a su vez en foros de debate me hace pensar que una parte se ha logrado.

En Consume y Calla haces una radiografía del comportamiento del consumidor y de sus valores actuales ¿Ha habido algo que te haya sorprendido descubrir?

“Hay que cambiar el criterio; he visto a mucha gente llegar a una consulta y decir quiero estar delgado, a casi nadie quiero estar sano”

Después de 20 años de ejercicio hay pocas cosas que me sorprendan, pero te garantizo que al lector sí, cuando vea el descaro con el que las empresas sortean la ley, cuando se ve reflejado en conductas que vistas desde una perspectiva externa son absurdas, y cuando racionaliza verdades que no son tales pero que así se las han vendido, se queda anonadado.
Si nuestros abuelos levantaran la cabeza y nos vieran pensarían que nos hemos vuelto rematadamente locos: pasamos hambre, comemos engendros alimenticios en polvo, vamos a sitios para sudar sufriendo mientras nos gritan, y pedimos préstamos bancarios para que nos quiten cachos de culo. Y tendrían razón. Deberíamos tomar perspectiva, pensar si esta vida nos hace felices, y darnos cuenta de que la esclavitud de la imagen nos ha hecho perder montones de placeres.

No sabemos lo que comemos

En base al “somos lo que comemos”, buscamos alimentos que sean el no va más y que tengan cuantos más componentes saludables mejor pero, ¿realmente sabemos lo que comemos?

“La comida basura es muy cómoda, pero a la larga sale muy cara desde el punto de vista de la salud”

Rotundamente no. Cualquier nutricionista de verdad (no esos que se ponen el título después de un cursillo online de diez horas) te diría que cualquier fruta tiene muchísima más cantidad de vitaminas y fibra que los alimentos funcionales, también te diría que la cocina tradicional basada en la legumbre, en la verdura, en la hortaliza y en el aceite de oliva, es mil veces más saludable que tomar suplementos de cualquier tipo, y que el pescado, la carne, los huevos y la leche deben ser nuestra fuente de proteínas y no polvos de “vete a saber qué”.
Las voces discrepantes estamos hartas de decir que la inmensa mayoría de los productos que realizan alegaciones de salud no han demostrado su eficacia y, por lo tanto, no han sido aprobados por la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria). En estos momentos para la industria alimentaria somos conejillos consumidores a los que vender sus productos y, si de vez en cuando aparece un escándalo alimentario, aquí tampoco pasa nada.

Muchos profesionales coinciden con usted en que más que en la sociedad de la información, en alimentación y salud, vivimos en la sociedad de la confusión. ¿A qué se debe?

“Hay que volver a quererse y a cuidarse, a darse mimos y a verse bellos frente al espejo, seas como seas”

Aquí hay muchos intereses creados, y el principal interés del Gobierno debería ser la salud de sus ciudadanos. Se permiten anuncios engañosos en cosmética y alimentación, publicidad de técnicas curanderiles que repercuten en la alimentación como los test alimenticios con nula evidencia científica, etiquetas nutricionales invisibles e ininteligibles, investigaciones financiadas por las mismas empresas que casualmente arrojan siempre resultados favorables a los productos que vende esa empresa… Si empezamos así, ¿cómo quieren que la sociedad sepa lo que es información veraz y lo que es publicidad? La gente confía en que lo que sale en los medios de comunicación está regulado, y lo está, otra cosa es que se sea muy laxo, por llamarlo algo, en el cumplimiento de esa regulación. Por ejemplo, está prohibido utilizar médicos (o personajes que lo parezcan) en los anuncios de alimentación y productos saludables. ¿A que te suena haber visto más de uno? Pues a mí no me suena que hayan retirado los anuncios.

¿Cuáles son los principales mitos que deberíamos desechar?

Que la delgadez es sana per se; hay delgados con niveles de colesterol disparados y gordos bastante saludables. También hay que cambiar el criterio; yo he visto a mucha gente llegar a una consulta y decir “quiero estar delgado”, a casi nadie “quiero estar sano”. A ver si aprendemos a priorizar lo importante. Otra es que tenemos que atiborrarnos de productos milagro, las lentejas ya son suficiente producto milagro. O que las cremas mágicas nos van a cambiar la cara en un mes; la edad es la edad y hay que sentirse bella a los 20, a los 30, a los 40 y a los 80. Es enfermizo ver mujeres de sesenta operándose cada dos por tres intentando parecer quinceañeras. Como afirmo en el libro, eso es momificación en vivo y amojamamiento en directo. ¿Qué tal si nos preocupamos de estar sanos y ser felices?

Cómo detectar los engaños publicitarios

Exageración de las propiedades de los productos, verdades a medias… ¿Qué consejos darías para no caer en la trampa?

Un pequeño resumen -aunque para manejarse en la selva del supermercado yo les recomendaría que leyeran el libro, y que lo hicieran lápiz en mano- puede ser:

  1. Detectar los mensajes que contienen las palabras mágicas: natural, tradicional, libre, poderoso, joven, juventud, placer, sentidos, sensorial, vida, salud, saludable, revolucionario, milagroso, nuevo, novedoso.
  2. No fiarse de los nombres de los productos. La mayoría están buscados para que se piense que “producen determinado efecto” o “poseen alguna cualidad concreta”. Que algo se llame Viveplus o Neurocalm no significa ni que alargue la vida ni que calme las neuronas. ¿A que nadie piensa que porque alguien se apellide Bueno tiene que ser un dechado de virtudes? Pues lo mismo.
  3. Si no entiende lo que pone, no se lo crea. Una crema lo más que puede prometer es hidratar correctamente, olvídense de las nanoesferas que penetran en las células y activan genes por biomimetismo y demás palabrería pseudocientifica. ¿O no se acuerdan del estudio de la OCU y la crema de tres euros? Pues eso.
  4. Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Si en algún producto especifica “0% de grasa” busque en la composición la cantidad de azúcares. Si lo que aparece es “0% de azúcares” o “Sin azúcar” busque la de grasas.
  5. Desconfíe de los que lleven “aceites vegetales”, el que echa aceite de oliva, presume de ello. Y lo cobra.
  6. Un último consejo, llévense una lupa en el bolso, la van a necesitar si quieren leer la etiqueta nutricional de muchos de los productos.
Expones y explicas diferentes anuncios publicitarios sobre alimentación y cosmética. ¿Hay alguno en especial que te resultara alarmante, indignante…?

Montones, y cada día que pasa se incorpora uno nuevo al ranking. En los anuncios de cosmética realmente te sorprende la cara dura que supone dar como resultados científicos que “a 20 mujeres les parece que funciona”, cuando lo que lees en el anuncio es “resultados probados en el 90% de las mujeres”. Claro que la primera afirmación viene en tamaño pulga, en una esquina, y con un color, llamémosle… discreto, que no llame la atención. Pero al fin y al cabo el mayor perjuicio aquí es económico, y donde realmente te llevan los demonios es con los alimentos infantiles, que muchas veces son bazofia industrial, y que ponen en grandes letras “con vitaminas D y E”. Bazofia insalubre con vitaminas. Y luego nos sorprendemos de que nos lleguen niños de 8 años con colesterol alto e hipertensión.

La alimentación infantil, ha merecido un espacio preferente en las páginas de Consume y calla. Padres deseando dar lo mejor y que acaban tomando el peor camino por estar mal informados. ¿Qué aconsejarías a estos padres? ¿Cuál es el mejor modo de que nuestros hijos estén alimentados de forma sana desde que son bebés?

“La esclavitud de la imagen nos ha hecho perder montones de placeres”

El mejor consejo es intentar recordar qué les daban a ellos de pequeños. Han crecido sanos ¿verdad? Antes no teníamos la epidemia de obesidad infantil que hay ahora; también los niños se movían, jugaban en la calle, y ese es un factor a no descuidar nunca. Pero lo principal es que nosotros sólo teníamos dulces y chuches los domingos y fiestas de guardar, y que las comidas se hacían regularmente y en la mesa. Y aunque no te gustaran las espinacas te las comías, nada de cambiarlas por comida basura. Enseñar a comer a un niño tiene trabajo, pero si empiezas con el ejemplo la mitad del mismo ya lo tienes hecho. Hay que comer con los niños y hay que volver a cocinar. La comida basura es muy cómoda, pero a la larga sale muy cara desde el punto de vista de la salud. Sobre todo con los niños.

¿Crees que nuestra forma de vida y una sociedad cada vez más materialista y obsesionada con la delgadez nos hacen más susceptibles y débiles?

Nos convierte en personas obsesionadas persiguiendo convertirnos en perfecciones de Photoshop, que han perdido el placer de disfrutar de la comida, de quererse a sí mismos, y de querer a sus cuerpos. La desnudez, cuando no es perfecta, se ha convertido en un tabú. Hay que volver a quererse y a cuidarse, a darse mimos y a verse bellos frente al espejo, seas como seas.
Y, adicionalmente, además de esta sociedad de infelices tenemos un elevado porcentaje de personas que se ponen enfermas y desarrollan un trastorno de la alimentación. Y son enfermedades muy graves, que pueden llevar a la muerte.

Enfermeras cordobesas profundizan en la prevención de las conductas de riesgo en adolescentes

El Colegio Oficial de Enfermería de Córdoba está celebrando esta semana el curso sobre ‘Prevención de conductas de riesgo en el adolescente’, en colaboración con la Escuela Internacional de Ciencias de la Salud. El objetivo es que los profesionales inscritos complementen sus conocimientos como agentes de prevención y detractores de las conductas de riesgo de los adolescentes.

Enfermeras y enfermeros que siguen esta formación conocerán los principales riesgos que afectan a los adolescentes en su evolución, experimentando cambios en los últimos años, pasando de los embarazos no deseados a enfermedades de transmisión sexual, abusos, alcohol, violencia, adicciones, acoso escolar o peligros de internet, entre otras cuestiones. foto para ASOC Y VIDA COLEGIAL
Por todo ello, la docente del curso, la psicóloga Ana Isabel Gutiérrez Salegui, señala que “es fundamental que los profesionales aprendan sobre estos riesgos para poder intervenir desde la figura de la enfermería, tanto la enfermera asesora de padres como la enfermera en la escuela, y la enfermera en el centro de salud”.
Para llevar a cabo tales actuaciones, Salegui apunta que “la metodología es de Educación para la Salud, entendida como una estrategia estructurada de intervención que va mucho más allá de las charlas informativas y de las campañas de sensibilización”.
En este sentido, la profesora recomienda a los asistentes la web www.adolesweb.org, y dedica además un módulo del curso exclusivamente a los riesgos de internet, donde los jóvenes con trastornos alimentarios encuentran su “fuente de inspiración” o donde también pueden sufrir acosos, chantajes y abusos relacionados con su imagen  y sexualidad, tanto por parte de adultos como de otros adolescentes.
  • Los especialistas alertan del incremento de afectados por conductas alimentarias, cada vez más difíciles de detectar. Espido Freire es la última cara conocida en hablar de su experiencia sin tabúes

Cualquiera que mire las estadísticas relativas a los TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria) podría pensar que la situación se ha mantenido estable en los últimos 15 o 20 años, época en la que comenzaron a ser conocidos por el gran público. Actualmente, se estima que entre el 1% y el 3% de la población sufre anorexia nerviosa; que entre el 3% y el 5% padece bulimia y que en torno a un 2% manifiesta lo que se ha dado en llamar trastorno por atracón (ingesta compulsiva en episodios que se repiten con cierta frecuencia). Es decir, prácticamente lo mismo que entonces.
Sin embargo, según el discurso de los especialistas la situación no es, ni de lejos, halagüeña. «No hay cifras oficiales y no tenemos porcentajes precisos, pero sí hemos observado que los perfiles de los pacientes han cambiado mucho y las fronteras entre los diversos TCA se han difuminado. Los clásicos (anorexia y bulimia) siguen existiendo en la misma proporción, pero tenemos además que sumar los llamados TCA no especificados, que en realidad son los que más se diagnostican actualmente», apunta Cecilia Caruana, psicóloga de Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (ADANER), en Madrid.

PERFILES DIFUSOS

Este concepto de TCA no especificado hace referencia a personas que no cumplen estrictamente todos los criterios clínicos para ser diagnosticados de un TCA puro, pero presentan varias conductas patológicas propias de ellos. Así, los terapeutas se encuentran cada vez más trastornos mixtos, incompletos o asociados a otros problemas mentales.

«Indudablemente, tenemos más volumen en las consultas, independientemente de las estadísticas, pero lo verdaderamente destacable es que el diagnóstico y el tratamiento es más complejo porque nos encontramos cuadros clínicos mixtos y también muchas comorbilidades; es decir, otras enfermedades o sintomatología mental asociada al TCA; fundamentalmente trastorno límite de la personalidad y problemas graves de conducta», dibuja Gustavo Faus, director asistencial del Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA) de Barcelona; un centro especializado en el manejo de estas patologías.

De esta manera, y según explican los expertos, los tentáculos de los TCA están empezando a llegar a edades cada vez más tempranas, a mujeres que rondan la menopausia y a los varones. «En realidad, el grueso sigue estando en la adolescencia, pero es cierto que el resto de casos va siendo menos infrecuente», relata José Manuel Moreno, de la Asociación Española de Pediatría.
Este especialista llama la atención sobre un fenómeno que ha influido en este cambio de tendencia. «Se ha adelantado la edad en la que los niños, concretamente las niñas, comienzan a recibir mensajes acerca de la importancia de tener una imagen, una talla y un peso concretos. Es un momento en el que la personalidad apenas está empezando a forjarse y son muy vulnerables».

La escritora Espido Freire coincide en todas y cada una de las apreciaciones de estos expertos y movida precisamente por estos cambios decidió escribir un segundo libro al respecto. En el primero, ‘Cuando comer es un infierno’ (Ed. Aguilar) ahondaba en las causas, secuelas y testimonios de personas que, como ella, habían sucumbido a la bulimia. En el segundo, ‘Quería volar, cuando comer era un infierno’ (Ed. Ariel), Freire refleja esta ampliación de perfiles y la diversificación de diagnósticos. «Los límites y los estereotipos de los TCA se han roto por completo. Aunque no esté diagnosticado, prácticamente todos mantenemos una relación anómala con la comida. El problema es que estamos medicalizados y si no se presenta el cuadro típico completo no se hace nada, cuando en realidad, si se dan dos o más conductas juntas hay que actuar», explica la autora quien, también coincidiendo con el resto de profesionales, apunta que a pesar de todos estos cambios hay cosas que siguen igual; para mal.

LA IMPORTANCIA DEL ENTORNO

Según denuncian, la conciencia de las familias, el entorno escolar y las propias pacientes ha evolucionado a mejor; por eso el diagnóstico cada vez es más precoz (lo cual es beneficioso). Sin embargo, no ha sido así en otros aspectos como la presión social sobre el físico, el desorden alimentario (oferta no saludable, horarios irregulares, normalización de dietas de riesgo…), la banalización de la cirugía y otros procedimientos estéticos que te hacen creer que puedes cambiar tu imagen ilimitadamente y, sobre todo, la percepción que tenemos de lo que realmente es un TCA.

Y es que aún persiste la idea de que se trata de un problema de adolescentes o de niñas tontas que aspiran a ser modelos, cuando en realidad son problemas mentales mucho más complejos que se manifiestan en una conducta alimentaria anómala, pero que van mucho más allá. Por este error de concepto, se está obviando a pacientes masculinos o a mujeres adultas (y mayores), a personas que no tienen problemas de peso evidentes y a las enfermas que no están curadas del todo. «Una de las características de estos pacientes es su capacidad de adaptación, así como su perfeccionismo. Así, si únicamente prestamos atención a su relación con la comida y a su peso, en cuanto hayan logrado pesar lo adecuado se les dará el alta, pero el problema seguirá larvado, con el consiguiente riesgo de cronificación y recaídas», apostilla la portavoz de ADANER.

Con respecto a los varones, «progresivamente, la presión sobre la imagen de los hombres está adquiriendo los mismos tintes negativos que sobre la mujer; aunque a ellos lo que se les exige es machacarse en el gimnasio para obtener un cuerpo cincelado, lo que a veces les lleva a obsesionarse con el ejercicio y el control de la dieta, así como al consumo de sustancias poco recomendables», abunda Ana Isabel Gutiérrez Salegui, psicóloga especialista en adolescencia y TCA.

El escenario social y familiar está regido por unas reglas perversas en las que el éxito está asociado indefectiblemente a la belleza exterior y a la juventud; aspectos que hay que lograr de cualquier manera y cueste lo que cueste (económica y emocionalmente) porque de lo contrario «o eres pobre o eres un descuidado», resume Freire.

¿Y cómo se rompe ese bucle nocivo? Además de pedir más atención para la psiquiatría y psicología infantojuvenil, un acuerdo definitivo sobre el tallaje, una mayor formación en hábitos de vida saludable, una menor presión sobre la imagen y el peso corporal, una regulación efectiva sobre los mensajes publicitarios y sobre los medios de comunicación, una articulación óptima de los recursos sanitarios, los especialistas coinciden en un aspecto fundamental que no depende de las instituciones ni organismos reguladores: dar ejemplo.

UN APOYO FUNDAMENTAL

«Los impactos están ahí y no podemos negarlo. Pero la familia es fundamental para acompañar y ofrecer una visión crítica que ayude a los más jóvenes a interpretar la realidad y a ver que la realidad es otra cosa», argumenta Faus.

La nutricionista María Teresa Barahona, quien está a punto de sacar un cuento solidario titulado ‘¡Qué divertido es comer fruta!’, enfatiza este punto. «No podemos pretender que nuestros hijos establezcan una relación saludable con la comida si nosotros mismos estamos haciendo dietas milagro por nuestra cuenta, si permanentemente hacemos comentarios sobre los kilos que nos sobran o sobre el trasero tan gordo que tiene tal o cual persona; es decir, si nosotros mismos no lo tenemos asimilado».

De esta manera, ha de haber coherencia entre lo que se dice y lo que se hace y desterrar la idea de que hay que lograr la perfección absoluta y sin fisuras, así como eliminar la belleza como único parámetro para medir la valía de las personas. En definitiva, inculcar otros valores que no tienen relación con lo puramente físico.

«Incluso en profesiones asociadas a la imagen y a una cierta frivolidad encontramos ejemplos que nos pueden servir como referente porque son buenas profesionales, tienen una trayectoria destacable, se identifican con causas solidarias, son inteligentes… independientemente de que su belleza se ajuste a los cánones o no; pongamos el foco en esto y no solo en las tallas o la comida», anhela Espido Freire.

Para consultar el artículo completo: Link

Publicado en Noticias Castilla y León, 12.04.13
 




Salamanca

EL CUIDADO DE LOS PACIENTES CRÓNICOS, PROTAGONISTA EN LA FORMACIÓN DEL COLEGIO DE ENFERMERÍA
 
Redacción / A.B.

El plan de formación continuada del Colegio de Enfermería de Salamanca centra estos días su protagonismo en dos campos de la salud de gran interés general: los cuidados del paciente crónico y la actualización en cuidados a pacientes con diabetes.

El primero de los cursos, dedicado al cuidado del paciente crónico, responde a la Estrategia de Atención al Paciente Crónico de Castilla y León, presentada recientemente. El objetivo de este programa regional es transformar en el medio plazo el modelo actual (centrado en el diagnóstico y en el tratamiento de procesos agudos) en un nuevo “modelo de cuidados” que dé respuesta al progresivo aumento de enfermos con patologías crónicas con un cuidado integral. El curso, que se está desarrollando esta semana tiene, abarca temas tan importantes como las necesidades de los enfermos crónicos y de sus cuidadores informales, el control de síntomas, el cuidado a los enfermos en su domicilio, la comprensión de los problemas emocionales del enfermo y su familia o el proceso de atención al duelo. El curso lo imparten María Isabel Ríhuete, Ángela Rodríguez, Mª. Jesús Canal y Celia Sendra.

Dentro del mismo ámbito de las enfermedades crónicas, el siguiente curso del Colegio de Enfermería está dedicado a la diabetes. Bajo el título, “Actualización en diabetes y educación” tendrá lugar desde el 24 al 30 de abril e incluye temas como el uso de las nuevas tecnologías en el tratamiento de la enfermedad, la educación terapéutica o la comunicación con el enfermo. Todo ello, con el objetivo de ayudar al paciente a gestionar el cuidado de su diabetes a fin de prevenir las complicaciones, conservando su calidad de vida.

Los cuidados paliativos también tendrán su espacio en el programa de formación en cuidados de pacientes crónicos del colegio salmantino. Bajo el título “Cuidados de Enfermería en cuidados paliativos. Terapias Complementarias y Musicoterapia”, se pretende dar a conocer los principios generales de la filosofía de cuidados paliativos, la relevancia del trabajo en equipo, el tratamiento del dolor y el control de síntomas, el uso de mórficos y sus efectos secundarios, etc. A la vez, el programa abordará cuestiones emocionales como la comunicación de las malas noticias o como afrontar los últimos momentos. El curso se completa con talleres entre los que destaca la Musicoterapia como cuidado a aplicar y otras técnicas como reflexoterapia, drenaje linfático, terapia neural, relajación, acupuntura, flores de Bach o Reiki. Esta actividad tendrá lugar del 27 al 31 de mayo.

Otro de los programas destacados es la celebración de las Jornadas “La Matrona al lado de la mujer” que se desarrollarán los días 8 y 9 de mayo. Con motivo del Día Internacional de la Matrona, 5 de mayo, el Colegio acoge este acto dirigido a la población general donde tratarán de dar a conocer a las mujeres otra forma de vivir sus embarazos, así como otras épocas especiales de su vida como la adolescencia o la menopausia. Para ello, contarán con la presencia de cuatro expertos: Miguel Ángel Velasco (matrón), Beatriz Hernández, Maria Teresa García y Laura Alonso. Todas ellas EIR de la Unidad docente de Salamanca.

Por último, el programa formativo del Colegio salmantino también incluye el curso Los trastornos de la conducta alimentaria en la infancia y adolescencia: de la anorexia a la bulimia, del 13 al 16 de mayo. Aborda la anorexia, pasando por la bulimia, las adolescentes vomitadoras, los comedores compulsivos y por último la creciente prevalencia de la obesidad infantil. Este abanico de alteraciones en la conducta de comer pronostica un futuro problemático desde el punto de vista de salud, así como de las áreas psicológica y social de estos niños. La necesidad de profundizar en el estudio del origen de este problema, así como de las consecuencias subyacentes a una mala alimentación y de las técnicas de intervención para la corrección de las pautas alimentarías hace que este curso sea una herramienta eficaz tanto para la atención primaria como para la hospitalaria. Será impartido por la psicóloga Ana Gutierrez Salegui.

(…) En la mesa también contamos con la intervención de Ana Isabel Gutiérrez. La primera idea que destacó es que si hacemos un computo de los niños y adolescentes que sufren algún tipo de “malnutrición”, que no desnutrición, por malos hábitos alimentarios nos salen unos datos bastantes desesperanzadores.  

Así, señaló, entre los jóvenes el Estudio Enkind (2004) nos sitúa como el cuarto país de Europa en Obesidad infanto-juvenil, con un porcentaje de niños-adolescentes con sobrepeso del 26%. Por otro lado, la prevalencia de T.C.A como la Anorexia, la Bulimia o los T.A.N.E se sitúa en torno a un 3,3% y un 5,5% (Rojo y col 2003, Pelaez, Labrador y Raich 2007). Si incluimos entidades subclínicas y síndromes parciales estas tasas se incrementan en mujeres hasta valores próximos al 15-18% (AVALCAB 2007).


Todos estos cuadros, continuó, están basados en unos malos hábitos, por exceso, por defecto o por conductas anómalas. Igualmente todos ellos tienen y tendrán en el futuro de estos niños repercusiones físicas, psíquicas y sociales. Por ello, y ante el gran coste humano, sanitario y social se impone una política activa de prevención a los tres niveles, primaria, secundaria y terciaria. La prevención dada la edad de los sujetos afectados sólo se puede vertebrar su conseguimos aunar los esfuerzos de los centros sanitarios, educativos y a la familia como encargada principal de la implantación de los hábitos alimentarios. Los conocimientos los poseemos nosotros pero la educación en los hábitos sólo la pueden realizar ellos.

En pocos años, aseguró Ana Isabel, hemos pasado de tener un grave problema con la Anorexia, la Bulimia y los TANE (cuadros atípicos o incompletos) a tener un problema aún mayor con la Bulimia, los TANE y la Obesidad. Es evidente que esto no es sólo un problema de las familias. La escasez de tiempo, la publicidad engañosa sobre alimentación, el vacío legal en la regulación de productos para perder peso, el control relativo que se hace de los comedores escolares, la pérdida de los hábitos familiares unidos al cambio social, y el hecho de que los T.C.A afecta cada vez a edades más tempranas…todo ello implica un cambio en el enfoque de intervención, debemos evolucionar para coordinar la labor Sanidad-Educación, convertir a los tutores y docentes en agentes de Salud y trabajar con las familias en lugar de con el “paciente-niño”.

Por otro lado, dice, se hace imprescindible una regulación en materia de publicidad relacionada con la alimentación y de los productos “adelgazantes”.

En la prevención, afirma, debe participar todo el mundo. Sanidad, escuela, medios de comunicación, sociedad y familias. Todo esto debe realizarse de forma coordinada para no solaparse ni dejar “agujeros”. No se trata de intervenciones puntuales sino de desarrollar un programa eficaz a largo plazo. Hasta ahora la eficacia de la Prevención en T.C.A ha sido cuestionada ya que determinadas intervenciones han encontrado resultados contrarios a los esperados. Cuando se habla de prevenir la aparición de trastornos alimentarios hay que tener en cuenta que hablar de los trastornos en sí no evita que se caiga en ellos. Porque la información no cambia la conducta.

Recordó también que existen proyectos muy buenos en nuestro país, pero incomprensiblemente, que un proyecto tenga resultados positivos no implica que se plantee realizarlo en la comunidad de al lado. “Y eso es un fallo, el “pionerismo” en materia de salud está haciendo mucho daño, si todos trabajáramos en la misma dirección para mejorar las iniciativas existentes y para coordinarnos en lugar de competir podríamos avanzar muchísimo”. 

En Salamanca, destacó, existe el programa desarrollado por el equipo de Marta Manzano García que está desarrollando una intervención en Salud que abarca muchos más campos además de los T.C.A, ese es un ejemplo de programa a imitar e implantar en otros lugares.

Y es que queda un largo camino por recorrer a la profesión enfermera en este ámbito. La primera pieza es la formación específica. Los trastornos alimentarios son muy complejos y su detección e intervención a veces resulta muy, muy difícil. Hay que trabajar con conocimientos específicos y con habilidades propias de la psicología, sin contar con que no trabajamos con un “paciente”, sino con menores y que tenemos que incluir a la familia en la intervención ya que sin ella, bien sea porque hay que enseñarle o porque ellos mismos tienen que cambiar muchas cosas, es inviable. 

Por otro lado, la implantación de la Enfermera en la Escuela sería un avance en el terreno de la Intervención TCA, es un profesional idóneo para coordinar Centro de Salud y Colegio, detectar posibles casos, plantear la derivación a especializada y seguir el control de los menores en tratamiento.

La reseña completa de la mesa redonda la puedes encontrar aquí

Publicado en La Opinión de Zamora, 11.04.07.

EL COLEGIO DE ENFERMERÍA CELEBRA UN CICLO DE CHARLAS CON EXPERTOS NACIONALES
Secreto y violencia profesional o la anorexia centran la programación
C.G.
Cinco expertos nacionales en materias como el secreto profesional, la violencia, el estrés o la anorexia centran el ciclo de conferencias organizado por el Colegio de Enfermería de Zamora con la colaboración de la Fundación Científica Caja Rural y que mañana se ponen en marcha en el salón de actos de la organización profesional. El presidente del Colegio, Andrés Pérez Santamaría, y el director de la Fundación Cienfícia, José Miguel Diego Gómez, presentaron ayer el ciclo de charlas, enmarcadas dentro de los convenios que la entidad financiera mantiene con loas organizaciones colegiales de las ramas sanitarias: médicos, enfermeros, farmacéuticos y veterinarios. La primera de las conferencias la pronunciará mañana, a partir de las seis de la tarde, Inmaculada García Palomero, enfermera y psicóloga y experta en bioética, que procede de Salamanca. Las siguientes charlas se producirán con una periodicidad mensual, aunque respetando los períodos vacaciones de verano, poco adecuados para este tipo de actividades de formación continua.
El 3 de mayo visitará Zamora Ana Isabel Gutiérrez Salegui, licencia en psicología clínica, social y del trabajo, así como técnico especialista en trastornos de la conducta alimentaria y prevención de la drogodependencia. El título de su conferencia es: “Trastornos de la alimentación como reto sanitario: anorexia, bulimia, obesidad, etc.”. El 19 de junio Juan Luis Soto de Lanuza, enfermero y psicólogo de Guadalajara, hablará sobre la “Violencia hacia el profesional de enfermería”. El mismo será el encargado de retomar el ciclo tras las vacaciones de verano, concretamente el 10 de octubre, en este caso para exponer el asunto del control del estrés en enfermería. Una última mesa redonda, en fecha aún por determinar, analizará la investigación y elaboración de guías y protocolos, que será moderada por el enfermero Luis Fraile y contará con participación zamorana.
Publicado en El Adelanto de Salamanca, 15.05.05

Encuesta en los equipos de Atención Primaria sobre los trastornos alimentarios


ESCASO CONOCIMIENTO MÉDICO DEL PROTOCOLO CONTRA LA ANOREXIA
  • Más de la mitad del personal ha atendido entre 1 y 5 casos en un año
  • Piden un abordaje “claro, coordinado y especializado” de estas enfermedades
Olga Prieto. Salamanca. 

Ocho de cada diez médicos de Atención Primaria de la capital admiten que no conocen los protocolos establecidos para el tratamiento y los cuidados de Enfermería que precisan los paciente de anorexia y bulimia. Asi lo pone de manifiesto una encuesta realizada por la Asociación de Afectados por Trastornos Alimentarios de Salamanca (ASTRA), que ayer clausuró las terceras jornadas regionales dedicadas a estas patologías. 

Como explicó Ana Isabel Gutiérrez Salegui, psicóloga y colaboradora de la agrupación, aunque el estudio no tiene validez científica o estadística, porque se limita a recoger datos cuantitativos, los resultados son significativos, porque “las respuestas son reales” y ofrecen una idea de la situación actual en Salamanca. 
De este modo, durante el trabajo se enviaron 648 encuestas a todos los profesionales de los equipos de salud, incluyendo médicos, pediatrias, enfermeros y trabajadores sociales. “Sólo devolvió el cuestionario uno de cada tres trabajadores de Atención Primaria, y no sabemos si esto se debe a una cuestión de saturación laboral o a que están poco motivados en relación a los trastornos de la alimentación”, indicó la especialista. 
Respecto al escaso conocimiento reconocido por los facultativos de la capital sobre los protocolos elaborados para el abordaje de estas enfermedades, Gutiérrez Salegui señaló que desde ASTRA “agradecemos la honradez de las respuestas, que nos hace reiterar la necesidad de facilitar información y formación a los sanitarios, entre otras cosas porque ellos mismos lo demandan”. En el estudio también se refleja la importante prevalencia de los trastornos alimentarios, ya que el 56 % de los encuestados ha señalado que en el último año ha observado entre uno y cinco casos en sus consultas. “Entonces, ¿qué han visto los 400 que no han contestado al cuestionario?”, se pregunta la psicóloga, quien insistió en la necesidad de conseguir “un abordaje claro, coordinado y especializado” de la anorexia y la bulimia. 

“La detección precoz es el mejor factor de curación de estos trastornos, y por eso necesitamos una red asistecial efectiva, aprovechando de forma adecuada los recursos que hay y, sobre todo, en base a la formación, aunque no nos podamos plantar los ‘lujos’ de dotación que existen en Cataluña”, destacó. En este sentido, Ana Isabel Gutiérrez se refirió a lo esencial de un plan de hospitalización integral que incluya un hospital de día coordinado con una unidad de hospitalización específica”. 

PARTE DE LOS SANITARIOS CREE QUE HAY CAUSAS EDUCACIONALES

Ana Isabel Gutiérrez indicó ayer que el estudio ha arrojado algunos resultados sorprendentes, como el que se refiere a la opinión de los profesionales de Atención Primaria sobre las causas de estos trastornos. “Consideramos muy bueno que el 70 % de quienes han contestado el cuestionario considere muy graves estas enfermedades, pero hemos observado que el 35 % piensa que se trata de un problema educacional”, explicó la psicóloga. A este respecto añadió: “Esto quiere decir que 70 de los 210 trabajadores que han respondido dicen que parte de la responsabilidad es de las familias. Pero entonces, ¿por qué de cuatro hermanos sólo enferma uno, si se supone que han recibido la misma educación? Estos datos demuestran poca sensibilización, porque la anorexia y la bulimia son patologías multicausales, y si los padres reciben estas respuestas en las consultas, perciben que una parte de la culpa es suya”. 

Tras remitir las encuestas a los equipos de salud, ASTRA comprobó que sólo fueron devueltos 210 de los 648 cuestionarios enviados. “El colectivo que más se ha implicado ha sido el de los trabajadores sociales, en elque ha respondido el 50 %; los médicos y los enfermeros lo han hecho en un 30 %, pero llama la atención el escaso 6 % de los pediatras”, aclaró la especialista, quien considera que las jornadas de ASTRA han servido para avanzar en la denuncia de la actual situación deficitaria.
Publicado en El Adelanto, 10.05.05

PRESENTACIÓN DE LAS III JORNADAS DE TRASTORNOS ALIMENTARIOS


EL 10 % DE LOS AFECTADOS POR ANOREXIA O BULIMIA PUEDE MORIR
  • Uno de cada 10 adolescentes y jóvenes padece estos problemas
  • La asociación exige una unidad de tratamiento específica

O. Prieto. Salamanca

Los trastornos de la alimentación constituyen la tercera causa de muerte entre los adolescentes y jóvenes, por detrás de los accidentes y del consumo de drogas. Además, se situan en el primer lugar de las enfermedades mentales con más riesgo de mortalidad, por delante, incluso, de la depresión. La psicóloga Ana Gutiérrez expuso ayer así la gravedad de estas patologías, que pueden llegar a afectar a uno de cada diez niños.

“El 30 % de los pacientes va a cronificar el trastorno y, de ellos, el 10 % está en riesgo de fallecer”, indicó la especialista, que colabora con la Asociación de Afectados por Trastornos Alimentarios de Salamanca (ASTRA), y que señaló que el fallo cardiaco y el suicidio son los principales motivos por los que se producen estas muertes. 

Para llamar la atención sobre la importancia de estas enfermedades, principalmente la anorexia y la bulimia, la agrupación ha organizado los días 13 y 14 en el Colegio de Enfermería una nueva edición de sus jornadas regionales, durante las que las familias exigirán de nuevo que se proporcione a los afectados una asistencia integral, que hoy es “deficitaria”. 

A este respecto, la presidenta de ASTRA, María Rosa García Vale, expuso “el dolor tan intenso que sufren los familiares y los enfermos” cuando un hogar “de paz y tranquilidad se convierte en un infierno, y surge la sensación de impotencia, de caos, de sentirte incomprendido y perdido, porque ves que tu hijo se muere y no puedes hacer nada”. 

Por ello, la asociación demanda desde hace año a la Administración “una atención sanitaria integral subvencionada por el sistema público de salud”, en la que consideran fundamental la creación de una unidad específica de diagnóstico y tratamiento -espera “que este año sea una realidad en Salamanca”- “con una cantidad adecuada de profesionales especializados y protocolos de actuación”. 

Asimismo, la psicóloga y la presidenta de la entidad pidieron un hospital de día para el tratamiento ambulatorio de los enfermos, y lamentaron que la falta de formación esté generando que algunos médicos “no quieran atender estos casos”. 

Por su parte, la presidenta del Colegio de Enfermería, Carmen Sánchez Macarro, explicó que hoy comenzará un curso dirigido a enfermeros, paralelo a las jornadas, durante las que también se realizará un taller de comunicación entre padres e hijos, y que será impartido por los prestigiosos profesores del Instituto de la Conducta Alimentaria de Cataluña.

+ DATOS
SIGNOS DE ALERTA
  • Los especialistas están comenzando a recibir afectados de hasta 9 años, en los que las secuelas pueden ser “muy graves”. Entre los signos que puedan hacer sospechar la existencia de un trastorno alimentario, Ana Gutiérrez destaca la pérdida de peso en el caso de la anorexia y los “atracones” a escondidas en la bulimia.
  • “Les cambia el carácter, se vuelven contestones y más aislados; hacen cosas con la comida, como cortarla en trocitos o rasparla; tienen frío constante, sobre todo en las manos y los pies, y comienzan a poner excusas para evitar actos sociales relacionados con la comida”, añade la especialista.
Publicado en La Voz de Galicia, 18.04.05
 “HAY MÁS ANOREXIA Y BULIMIA, Y A UNA EDAD MÁS TEMPRANA”
Ésta y otras profesionales están impartiendo charlas en los institutos de la ciudad, dentro de la campaña “Non só comas, aliméntate”

B. Lázare. Lugo.

Las campañas de concienciación desarrolladas hasta ahora sobre la anorexia y la bulimia, lejos de hacer mella en los jóvenes, se están mostrando ineficaces, porque este grave problema está en aumento. Pero tampoco hacen mella en los diseñadores de ropa y demás sectores económicos, que siguen haciendo grandes negocios a costa de la salud, e incluso de la vida, de personas de muy corta edad, según señala Ana Isabel Gutiérrez, psicóloga que, junto con la enfermera Isabel Casal y otros especialistas, dan charlas en siete institutos y colegios de la ciudad, organizadas por el Concello de Lugo.

-Las iniciativas para combatirlo consiguen reducir este problema entre los adolescentes?
-No. Cada vez hay más anorexia y bulimia, y a una edad más temprana. La relación es de nueve niñas por cada niño, pero entre éstos están aumentando los casos, y en las niñas bajó la edad de inicio de los doce a los nueve años.

-¿A qué es debido?
-Las niñas entran antes en la adolescencia, se maquillan e imitan las actitudes de las mayores.

-¿Es más difícil tratar la anorexia o la bulimia?
-Las dos son difíciles, pero depende del tiempo que esa persona lleve con el problema y de aspectos como conflictos familiares de fondo, la personalidad y también la actitud de los padres, que a menudo quieren hijos perfectos y les exigen mucho, a pesar de que ellos no alcanzan ese nivel o esas características físicas.

-A estas alturas todos somos conscientes de la gravedad del problema menos quiénes lo sufren.
-El problema es que hay cinco voces luchando en favor de la prevención y 5.000 que les están diciendo: “adelgaza”. Es un problema de aplastamiento por parte de la industria de la delgadez, que se aprovecha de un negocio muy grande que hay detrás.

-¿Hay un doble discurso por parte de los diseñadores de ropa, publicistas y de otros sectores?
-Creo que sí. Hubo un compromiso de no hacer tallas menores de la 38, pero la saltaron cambiándolas y creando un caos.

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