El pasado 15 de marzo el  Runnymede College de Madrid programó dos conferencias sobre Menores y nuevas tecnologías, una para alumnos por la mañana y otra para padres y madres por la tarde, que estuvieron a cargo de Ana Isabel Gutiérrez Salegui.
La introducción a estas conferencias explica que “las nuevas tecnologías nos traen, además de avances y posibilidades educativas, riesgos y peligros contra los que es necesario prevenirnos y proteger a nuestros hijos. El primer problema es que, en ocasiones, vamos por detrás de ellos en el conocimiento y uso de las mismas, chat, redes sociales, P2P, webcams, phising, grooving, Ana y Mía, e-drugs… Ellos, los niños y adolescentes, han nacido y crecido acompañados por todos estos avances; a nosotros, a los adultos, nos ha tocado adaptarnos a ellos. El segundo problema es que nos cuesta aceptar que determinadas cosas ocurren: el acoso, los abusos, las agresiones a menores… Muchas veces el no querer ver aquello que nos horroriza nos impide poner las medidas de seguridad adecuadas. Vivimos con una venda en los ojos respecto a lo que nos da miedo que ocurra y eso acaba perjudicándonos a todos. Reprochamos a los adolescentes el exceso de confianza en el ‘a mí no me va a pasar’ y no nos damos cuenta de que nuestro ‘eso le pasa a los hijos de los demás’ es exactamente el mismo tipo de error y tiene las mismas consecuencias. Por otro lado, además de los delitos, hay otros peligros de los que debemos tener información, si queremos prevenir su aparición o detectarlos precozmente. Como las tecnoadicciones o el papel que juega el mal uso del ordenador en el fracaso escolar”.
“El 30 % significa 1 de cada 3, acoso de menor o mayor gravedad, de un tipo o de otro, con consecuencias graves o apenas perceptibles pero, en cualquier caso, acoso. Y todos pretendemos proteger a los menores, aunque no hay que confundir la protección con burbujas de cristal. Proteger en muchos casos significa que ellos sepan prevenir los peligros y que pidan ayuda sin miedo cuando lo necesiten. ¿Cómo hacer compatible el uso de las nuevas tecnologías con evitar los riesgos que hay en ellas? Es imprescindible la formación y coordinación de padres y educadores. En ocasiones, signos que a veces pasan desapercibidos en nuestro hogar, pueden ser detectados en el aula. También es importante que los adolescentes (y los adultos) sepan cuáles son la precauciones básicas y, por supuesto, en caso de detectar problemas, recurrir a un especialista para que valore la gravedad de caso, asesore sobre las medidas a tomar e inicie el tratamiento del mismo si es necesario. De no actuar así, las consecuencias de estos hechos pueden ser muy graves tanto para el menor como para su familia”.