Reportaje publicado en la revista Seguridad Vial, de la
Dirección General de Tráfico, nº 216, octubre 2012
 
Según un estudio, algunos varones jóvenes tienen comportamientos más arriesgados que las mujeres por mejorar su estatus social
 
CONDUCIR, ¿CUESTIÓN DE SEXO?
 
Las mujeres son  más prudentes que los hombres, de hecho mueren 5 veces menor que los hombres en acciodentes de tráfico. Ellos, en cambio, conducen más tiempo y recorren más kilómetros en vehículos más potentes y variados; es decir, se arriesgan más. ¿Somos mejores, peores o simplemente diferentes?
 
Anabel Gutiérrez
 
Los partidarios de la conducción femenina afirman que si mueren menos mujeres es porque éstas conducen mejor, mientras que los que apoyan la conducción masculina aseguran que si se tuviera en cuenta el mismo número de kilómetros y de permisos las cifras se igualarían.
 
Luis Gómez, catedrático de Psicología Social de la Universidad de Málaga, en un informe publicado por la Fundación Mapfre, explica que los hombres mueren más que las mujeres porque su exposición al riesgo es mayor, conduc en más y tienen una predisposición a adoptar comportamientos temerarios. Esta inverstigación, que estudia las causas externas e internas de la mortalidad entre hombres y mujeres en los últimos 30 años, muestra una evidente asimetría sexual precisamente en las causas externas de mortalidad (suicidios, caídas, ahogamientos… y, por supuesto, accidentes de tráfico), producto directo de la conducta de las personas, y que se manifiesta de forma más rotunda entre los 20-40 años.
 
NOS DIFERENCIA. Según el estudio, los varones de menos de 40 años, mueren cinco veces más que las mujeres en siniestros de este tipo. Y no sólo por el hecho de exponerse más a través de la conducción de vehículos; también la conducta de los varones jóvenes como peatones es más peligrosa (hasta cuatro veces más). Comparando los datos de mortalidad en función del número de permisos de conducir entre los 20-40 años, la diferencia se reduce un poco, pero los resultados no varían: los hombres mueren en mayor proporción. Las razones, según Luis Gómez, son que entre los jóvenes aún no se produce rechazo social a la conducción temeraria; de hecho ocurre justo lo contrario, ‘los más arriesgados gozan de mayor estatus’.
 
Julio Laria, director del Instituto de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, hace referencia a un reciente estudio sobre jóvenes para explicar esta diferencia: ‘Los varones conducen coches un 4,7 % más potentes, los trayectos que realizan son más largos y más numerosos (6 trayectos diarios en coche frente a 1,5 de las mujeres) y, por último, el número medio de siniestros que sufren los conductores jóvenes son un 12 % más que ellas’.
 
NOS IGUALA. Sin embargo, se está produciendo una igualdad de roles en estilos de conducción y en accidentalidad entre las nuevas generaciones de conductoras. Investigadores de la Universidad de Granada sostienen que se han detectado cambios en el comportamiento de las jóvenes: ‘Obtienen en mayor número el permiso de conducir y realizan más desplazamientos que los que hacían en décadas pasadas’, lo que ha aumentado los índices de siniestralidad ‘porque las mujeres conducen de manera más arriesgada’.
 
Más allá de todas estas diferencias no hay que olvidar que la principal causa de muerte externa en cualquier edad y para ambos sexos son los accidentes de tráfico.
 
JOVEN Y VARÓN, FACTOR DE RIESGO
 
– Entre los 20 y 40 años los hombres mueren casi 5 veces más que las mujeres en accidentes de coche; teniendo en cuenta el número de permisos de conducir, ellos mueren 4 veces más.
 
– El número de varones fallecidos en accidentes de moto es 20 veces superior al de las féminas.
 
– También peatones varones y especialmente jóvenes mueren en una proporción 4 veces superior al de ellas 
 
– La principal causa de muerte en los varones entre los 11 y los 40 años es el accidente de tráfico (hasta los 30 en las mujeres).
 
ARANCHA PATO (Directora de Motorife Magazine y autoconsultorio.com): ‘ELLOS SE SOBREVALORAN’
 
Las mujeres somos más prudentes, acatamos más las normas y tenemos una mayor percepción del riesgo, aunque no por ello seamos lentas, distraídas e inseguras, como muchas veces se nos ha definido. A pesar de lo que piensan muchas personas, nosotras también sabemos ‘sentir’ el coche que llevamos y disfrutar de él. Quizá las mujeres no conduzcamos mejor, pero sí lo hacemos de manera diferente: ellos arriesgan más y, en muchos casos, sobrevaloran sus verdaderas aptitudes al volante.
 
ANA ISABEL GUTIÉRREZ SALEGUI (Psicóloga clínica y social): ‘LO HACEN IGUAL DE MAL O DE BIEN’
 
Ahora que el número de conductores por sexos se va igualando, nos encontramos que las generaciones que se incorporan a la conducción lo hacen igual de mal, o de bien, con pocas diferencias. Las mujerse suelen ser más prudentes (algo que se agudiza después de ser madres), pero, por ejemplo, la aparición del factor alcohol, que anteriormente era inexistente en accidentes provocados por mujeres, actualmente se va igualando. La igualdad de sexos en roles en algunos aspectos ha supuesto una ‘masculinización’ de la mujer; entre los jóvenes, ‘lo que mola’ es ser atrevido, saltarse las normas, ser rápido, audaz y ágil de reflejos; la forma de conducir, en ocasiones, es una forma de decir a los demás ‘aquí estoy yo y mirad cómo soy’. Esto ha dejado de ser una cuestión de sexos para ser una cuestión de Educación Vial y de conciencia de que la conducción temeraria o bajo los efectos del alcohol y las drogas, lejos de ser ‘guay’ es un riesgo para tu vida y la de los demás. En este aspecto ya Séneca lo dejaba muy claro: ‘Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres’.
 
JAIME GONZÁLEZ MOLINA (Instructor de conducción y director de autoescuela): ‘ELLAS TIENEN MENOS INTERÉS’
 
A los hombres les gusta más todo lo relacionado con la conducción. Puede que también exista un factor fisiológico, que les ayude a ser más hábiles en el manejo de un vehículo, aunque, en muchos casos, esta sobreestima de uno mismo les hace a los hombres llegar a arriesgar más, por lo que se ven envueltos en un mayor número de accidentes. Las mujeres suelen ver más el automóvil como una herramienta que les permite conseguir un fin y, mientras ésta funcione, lo demás pasa a un segundo plano, como, por ejemplo, el mantenimiento del vehículo. Esa pequeña falta de interés les hace no llegar a ser tan hábiles con el mismo, lo que no quiere decir en ningún caso que sean más torpes o menos diestras, sino que realmente lo que se debería evaluar es que buscan otro objetivo.”