Así llega viva Ana Julia al juicio de Gabriel: presas a 30 euros para evitar el suicidio o el asesinato

A una semana de sentarse en el banquillo de los acusados, reclusas ‘sombra’ protegen la vida de la autora confesa de la muerte de un niño de ocho años.

En mitad del silencio de la madrugada, durante alguna de las rondas nocturnas de supervisión, la funcionaria de la cárcel de Almería suele detenerse a echar un vistazo al interior de la celda de Ana Julia Quezada. Quiere ver si todo está en orden al otro lado de esa pesada plancha de hierro que hace de puerta y que las separa. La empleada de la prisión corre la mirilla que tiene a la altura de los ojos y pregunta: ¿todo bien ahí dentro? Si está despierta porque la ha escuchado llegar, María, la presa ‘sombra’ que en las últimas semanas cuida de la autora confesa de la muerte violenta de Gabriel Cruz, responde: “Todo bien, señora”.

María (nombre distinto al de la verdadera presa) es una de las varias reclusas que en los últimos 534 días se han relevado para evitar que Ana Julia Quezada, dominicana de 45 años, se quite la vida dentro de la cárcel, como ya pareció intentar al realizarse leves cortes en los brazos con una cuchilla hace ocho meses. Ocurrió la pasada Nochevieja. Había ingresado poco antes en el módulo de aislamiento tras una fuerte discusión con otra reclusa.

ción Civil buscaron a Gabriel Cruz por el cabo de Gata durante 13 días. El domingo 11 de marzo, Ana Julia Quezada lo desenterró y lo introdujo envuelto en una manta en el interior del maletero de su coche, un Nissan Pixo de color gris. Mientras lo hacía, insultaba a su víctima.

La Guardia Civil la detuvo cuando intentaba introducir el vehículo en el garaje del edificio en el que su novio tenía una casa en La Puebla de Vícar, a 80 kilómetros de donde mató al menor. Los investigadores habían instalado micros en el coche. Durante el trayecto, en otras frases, dijo: “A ver qué hago ahora con este”

Durante los 13 de días de búsqueda Ana Julia Quezada mostró esa misma frialdad que ahora narran las funcionarias que tratan con ella. Los investigadores de la Guardia Civil piensan que llegó a dejar una camiseta seca de Gabriel en una zona de monte próxima a la casa de un antiguo novio para intentar que las sospechas recayeran sobre él.

Cuando aún no había aparecido el cadáver Ana Julia Quezada participó en una entrevista en la radio pública gallega. Entre sollozos, dijo: “Estamos destrozados. Ya no sabemos qué hacer. Nos estamos volviendo locos”. En aquella entrevista llegó a hablar sobre el menor en pasado, para luego corregir. “Era un niño muy responsable… es un niño muy responsable”.

“Sentía celos” del niño

Ana Gutiérrez Salegui, psicóloga forense del Instituto de Probática e Investigación Criminal, ha analizado el perfil psicológico de la acusada. En conversación telefónica con EL ESPAÑOL explica que Ana Julia Quezada “tiene una mente fría y calculadora” y que durante los 13 días de búsqueda del niño “no mostró ni un atisbo de remordimiento”.

“Estamos ante una persona muy narcisista, con necesidad de protagonismo, de ahí esa carta al padre a través de Telecinco y no directamente a él o su intervención en la radio gallega”. Gutiérrez Salegui añade que, a su juicio, “Ana Julia veía a Gabriel como un estorbo en su relación con Ángel” y que “sentía celos” hacia el menor “por robo de atención”.

El lunes 9 de septiembre un furgón de la Guardia Civil recogerá a primera hora de la mañana a Ana Julia Quezada de la cárcel de Almería para trasladarla hasta la Audiencia provincial. Se despedirá de María, su presa ‘sombra’, se vestirá y desayunará. Será la primera en declarar en sede judicial. El martes 10 lo harán Ángel Cruz y Patricia Ramírez, padres de la víctima. Las seis sesiones posteriores servirán para escuchar a guardias civiles, un policía local de Níjar o a los forenses.

Casa en Las Hortichuelas (Níjar, Almería) de la abuela paterna de Gabriel Cruz.AL

El juicio estará presidido por la magistrada Alejandra Dodero. La dureza del contenido de algunas de las pruebas que se expondrán en la sala obligarán a la reserva de algunas imágenes y audios. La vista contará con señal institucional que permitirá a los medios de comunicación seguir su desarrollo desde una sala. Es previsible que algunos fragmentos se vean solo a puerta cerrada con la intención de proteger tanto al propio menor fallecido como la intimidad de sus padres.

La Asociación Profesional de la Magistratura (APM), la Asociación Judicial Francisco de Vitoria (AJFV) y Juezas y Jueces para la Democracia (JJpD) hicieron público un comunicado este pasado lunes en el que pedían “un tratamiento informativo responsable”.

La noche previa a que dicho furgón de la Guardia Civil conduzca a Ana Julia Quezada hasta el banquillo de los acusados, una funcionaria volverá a hacer de madrugada una ronda de supervisión en la prisión El Acebuche. Quizás esa noche volverá a correr la mirilla de la celda donde en ese momento descansará la acusada, preguntará si todo está bien y esperará la respuesta de María, la presa ‘sombra’ que ha ayudado a que la autora confesa de la muerte de Gabriel Cruz siga con vida a una semana del juicio

FUENTE:https://www.elespanol.com/reportajes/20190831/ana-julia-juicio-gabriel-presas-suicidio-asesinato/425458367_0.amp.html